El actual ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, está totalmente «quemado» y, de ninguna de las maneras, repetirá en el cargo en el próximo gobierno de Mariano Rajoy. Al margen otras consideraciones políticas, el hecho que fueran grabadas en su despacho dos conversaciones con el ex-director de la Oficina Antifrau de Cataluña (OAC), Daniel de Alfonso, que trascendieron durante la pasada campaña electoral, es un hecho de una extrema gravedad que lo invalida para continuar formando parte del consejo de ministros.
Pero Jorge Fernández Díaz tiene un as en la manga. Su larga y estrechísima relación, desde hace más de 20 años, con Mariano Rajoy. El todavía ministro del Interior sabe que, a cambio de renunciar al ministerio, le puede pedir lo que quiera. Y, según ha explicado, el destino que le hace más ilusión es el de ser embajador en Roma o en el Vaticano. En todo caso, cerca de la Santa Sede. La conocida devoción católica de Jorge Fernández Díaz tendrá su recompensa con un retiro dorado a la sombra de la basílica de San Pedro.
