Andreu Viloca, el tesorero de Convergència, que está encarcelado sin fianza por su supuesto papel de eje de la trama del 3%, tiene un enconado defensor público llamado Èric Bertran.
Este joven de 25 años, actual subdirector de la Fundació Nous Catalans (vinculada a Convergència), ha publicado un artículo («¿Confiaremos más en la Guardia Civil que en nuestros compañeros de viaje?«) donde explica por qué da la cara por Viloca.
Amigo y patriota
Bertran expone que «Andreu Viloca es mi amigo porque es un patriota y estamos en un proceso de grave conflicto político y más que político. Y en proceso de conflicto, no, yo por órdenes de mi adversario no dudaré nunca de mi vecino, de mi compañero de lucha, de mi amigo. Nunca. No dudaré de uno de los nuestros. Y es más, daré la cara por quien haga falta y le defenderé hasta el final porque ahora todos somos amigos, ahora todos somos una piña, tenemos que estar blindados».
«Siempre le he considerado un buen gerente, y no dudo ni un pelo de su gestión, y además ahora le considero mi amigo porque está acusado por una fiscalía del PP y por una justicia española en pleno proceso de independencia. Porque está detenido irregularmente por no eliminar unas supuestas pruebas que hace dos años que podría haber eliminado, si hubieran existido claro está. Porque es una víctima del Estado«, considera.
El número dos de Nous Catalans también alaba a Artur Mas en unas líneas que parecen cargar, además, contra la CUP : «Yo soy más amigo de aquellos de quien el Estado Espanyol dice que dude, que de aquellos que hacen discursos abanderados a favor de la independencia y que después son capaces de cargarse el proceso de independencia por el odio porsonal a una persona; al político que más ha hecho por la libertad de este país«.
Sin dudar
Bertran, que no reconoce autoridad alguna a la Justicia española ni a la Guardia Civil -«Es la camorra italiana imponiendo su ley y aplicándola con total impunidad», decía el pasado jueves-, plantea que cuando Catalunya sea un Estado independiente será el momento de dudar: «No, no me pidáis que dude de nada ni de nadie. Tengo suficiente trabajo luchando contra el adversario. Cuando seamos un Estado crearemos una nueva justicia, entonces, si queréis, dudamos de todo y de todo el mundo, mientras tanto… En el frente de la división no me encontraréis. Estoy blindado. No acepto la duda ni el debate a su alrededor, sobre todo viniendo de quien viene. Ahora somos uno solo. Es demasiado grande lo que tenemos entre manos como para que no sea así».
El «preso político» Viloca
El pasado viernes, Bertran publicó otro artículo («Estamos contigo, patriota Andreu Viloca«), en el que señalaba que el tesorero de CDC es «el primer preso político del proceso». «Ánimo Andreu, pensamos en ti, luchamos contigo cómo tú también luchas y cuando salgas serás recibido con todos los honores y a seguir. Patriota, nadie nos dijo que esto sería fácil pero nunca nos dio miedo luchar; es por eso que ganaremos. Y entonces sí, volveremos a sonreír. Buenos días a todo el mundo, buenos días amigo Viloca», proclamaba.
El fènix
En 2004, la Audiencia Nacional dio a conocer a Bertran, entonces un adolescente de 14 años, cuando le investigó por un delito de amenazas terroristas incluidas, supuestamente, en un correo electrónico con el que, firmando como «el Ejército del Fènix», exigía el etiquetado en catalán a tres empresas. La Fiscalía de la Audiencia Nacional acabó archivando el caso.
