La reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional que tiene entre manos el Gobierno español es una medida que ha levantado polvareda, pero no se puede decir que sea original.
La Constitución de Austria incluye la posibilidad que el alto tribunal destituya a un presidente regional, una fórmula que ha adoptado el Gobierno que encabeza Mariano Rajoy para intentar atar corto a Artur Mas, obligándole, bajo la amenaza de la pérdida de su cargo y de sanciones económicas, a cumplir las resoluciones del Constitucional y disuadiéndolo de una eventual declaración unilateral de independencia.
Fuentes del PP citadas por Vozpópuli indican que la reforma no se ha concebido sólo por Mas, sino también para asegurar el cumplimiento de sentencias del TC por parte de la Generalitat.
