Andorra está en el punto de mira de Moneyval, el organismo dependiente del Consejo de Europa que vela por la transparencia en las transferencias y depósitos internacionales de activos financieros. El estallido del escándalo de la Banca Privada de Andorra (BPA) es la prueba palpable de que el Coprincipado no ha hecho bien los deberes en materia de lucha contra el blanqueo de dinero (AntiMoney Laundering/ AML) y los responsables de este organismo, con sede en Estrasburgo, han dado un puñetazo sobre la mesa.
En su reunión del próximo mes de septiembre, Moneyval abordará específicamente el caso andorrano y, según todas las evidencias, endurecerá, de manera severa, las exigencias de control sobre las actividades de las entidades financieras y aseguradoras del país de los Pirineos. Moneyval ejerce su función inspectora en 47 países del ámbito euroasiático -incluyendo a Suiza, Rusia, Ucrania, Turquía, Azerbaiyán– y, a su vez, está encuadrado en el Financial Action Task Force (FATF- GIFA) y el Grupo Egmont, entidades que, a escala planetaria, se dedican a combatir las organizaciones financieras criminales.
Las 40 recomendaciones
En el caso de Andorra, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIFAnd) es la encargada de aplicar las instrucciones que dictan Moneyval, el FATF-GIFA y el Grupo Egmont para evitar la circulación de capitales delictivos, relacionados con la corrupción política, el tráfico de drogas, el contrabando, la evasión fiscal o el terrorismo. La UIFAnd tiene como presidente al exfiscal Carles Fiñana y está formada por ocho expertos, entre los cuales figuran dos mandos policiales del Coprincipado, Robert Guirao y Jordi Lluís Francès.
La nota del FinCEN norteamericano del pasado 10 de marzo, donde afirmaba que la BPA estaba involucrada en operaciones de blanqueo de dinero -concretamente, de Venezuela, Rusia y China-, supuso una sonora bofetada a la credibilidad internacional de Andorra y de su sistema financiero. Ello ha acentuado las presiones de Moneyval sobre las autoridades del Coprincipado, urgiendo la estricta implementación de las 40 recomendaciones que constituyen la «Biblia» de este organismo y del Grupo Egmont.
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