El ex presidente de la República de Francia Nicolas Sarkozy ha sido imputado por «corrupción activa», tráfico de influencias y encubrimiento de la violación del secreto profesional. Así ha acabado para él una jornada durante la cual ha sumado 18 horas declarando ante la policía y los jueces (ha vuelto a casa hacia las dos de la madrugada). Se enfrenta a penas de hasta 10 años de prisión y las perspectivas de un futuro regreso a la carrera política para volver a presidir Francia, que el mismo Sarkozy había sugerido, se complican.
La investigación de la Justicia francesa trata de determinar si tejió una red de informadores para conocer de primera mano las novedades de los casos de corrupción con los que le vinculan, como el de la posible financiación ilegal de su campaña electoral de 2007.
Además de Sarkozy, han sido imputados por tráfico de influencias su abogado, Thierry Herzog, a quien la investigación apunta como intermediario, y el magistrado del Tribunal de Casación Gilbert Azibret, que podría ser su proveedor de información.
