No está considerado oficialmente un edificio enfermo, porque por los números que maneja el Departamento hace enfermar por debajo de la media estipulada, pero el edificio de la Ciudad de la Justicia de Barcelona, en la Gran Vía de l’Hospitalet, nació enfermo. Y continúa del mismo modo, después de cuatro años de funcionamiento, porque no se han tomado las medidas necesarias para curarlo. Tanto es así que algunos trabajadores han tenido que rascarse el bolsillo para mejorar las condiciones de salud en su oficina.
Los humidificadores, unos aparatos pequeños y blancos que sacan constantemente vapor de agua, forman parte de la estampa de las oficinas del lugar. Algunos trabajadores han tenido que ir adquiriéndolos, por 29 euros, después de acabar hartos de sufrir los síntomas de la enfermedad de la oficina: sequedad de ojos y mucosa y calambres constantes cada vez que tocan un objeto del mobiliario. Por eso, además de estos pequeños aparatos dispuestos en algunas mesas, también sorprende ver como algunos de los mangos de los armarios de las oficinas están forrados con tela.
A pesar de los síntomas, la Administración sólo ha actuado ante los casos concretos que han ido surgiendo y que se han reportado, porque el porcentaje de afectados que han dado a conocer su situación no llega al mínimo exigido para considerar oficialmente enfermo al edificio. Según el Departamento, que asegura que ya tomó las medidas adecuadas cuando surgieron los primeros casos, actualmente sólo se hace seguimiento de dos personas que sufren los síntomas del edificio enfermo.
Quejas desde la inauguración
Según la recopilación anual de las consultas realizadas a la Unidad Básica de Salud por problemas posiblemente relacionados con el ambiente que se respira en el edificio, el año pasado -de enero a octubre- se hicieron 45 visitas por cefalea, lipoatrofia, por problemas en el aparato respiratorio y por sequedad ocular y de piel. En 2012 -de enero a septiembre- hubo 47 visitas por los mismos síntomas. En 2011, 78; y en 2010, 33. El documento, sin embargo, no recoge las consultas privadas de los perjudicados.
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