En el libro Servir Catalunya, Artur Mas explica a la escritora Teresa Pous los múltiples accidentes que ha sufrido desde que, cuando era niño, se echó sobre la cabeza una sartén con aceite que su madre tenía en el fogón: «Me rompí un hueso una vez que fui a esquiar, me partieron la nariz jugando al fútbol, me quemé de pequeño, me han escayolado ocho o diez veces. Eso me pasaba por arriesgar más de la cuenta. Siempre he tenido predisposición a asumir riesgos y responsabilidades. Riesgos y responsabilidades han estado bastante presentes en toda mi vida. Y, seguramente, una cosa comporta la otra».
Unas páginas más allá, Artur Mas relata otro accidente, en su adolescencia, cuando «en una clase de química, por falta de habilidad, me tragué un poco de ácido con la pipeta». Allí mismo le compensaron con sales, pero tuvieron que llevarle a la clínica.
