«Detrás de las subvenciones a escuelas de élite hay un posicionamiento ideológico»

El portavoz adjunto de ICV-EUiA en el Parlament, Joan Mena, analiza para EL TRIANGLE el blindaje de las subvenciones a las escuelas que segregan a los alumnos por sexo, obtenido gracias al apoyo de CiU y PP y a la abstención de ERC en la votación realizada la semana pasada en la sesión plenaria del Parlament catalán

¿Cómo valora la decisión de CiU y PP de mantener el concierto económico a las escuelas segregadoras?
Atenta contra un principio democrático fundamental. Detrás de esta decisión hay un posicionamiento ideológico que permite que escuelas segregadoras reciban conciertos económicos. Incluso hay sentencias del Tribunal Supremo que avalan que las escuelas puedan hacer esta tarea y separen niños y niñas, pero no que estén subvencionadas con dinero público. Además, el redactado de la LEC es muy ambiguo, y lo que queremos es concretar la ley para que no esté al servicio del gobierno de turno.

 

Según sus cálculos, estas escuelas reciben 29 millones de euros en subvenciones.
Estas 16 escuelas pertenecen al Opus Dei y los Legionarios de Cristo, que son las más sencillas de identificar. Es más fácil determinar cuáles son las que segregan, detrás de las cuales está el Opus o alguna otra orden. Más difícil es determinar si una escuela es de élite o no, porque no están identificadas, pero estamos detrás de buscar fórmulas para identificar a las escuelas de élite, más allá de si segregan o no.

 

¿Qué le pareció la posición de ERC?
Lamento mucho que ERC se abstenga, además de la manera como lo hizo. Es verdad que la Ley tiene un redactado ambiguo, pero nosotros lo mínimo que pedimos a un partido de izquierdas es que su opción sea no segregar. Y si se segrega, que no se reciba dinero público. Más que el voto, lamento los argumentos de ERC.

 

¿Qué mensaje le quiere transmitir al Gobierno y a los ciudadanos?
Estamos cerrando escuelas públicas, y construir una escuela pública cuesta 3 millones. Con estos 29 millones podríamos garantizar el mantenimiento de escuelas que cumplen una función social, especialmente en barrios del área metropolitana donde la gente lo está pasando mal, con un nivel de alumnado con necesidades educativas específicas más importantes que las que segregan. Rigau prefiere cerrar estas escuelas y mantener los privilegios de las escuelas sexistas, que en determinados territorios están dirigidas a un tipo de familia muy determinado.

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