La deriva soberanista de CiU provocó la ruptura del pacto de gobierno implícito con el Partido Popular durante la pasada legislatura y la convocatoria de elecciones, tras la cual los convergentes sustituyeron a los populares por Esquerra para mantenerse en el poder y gobernar en minoría. Esta decisión no gustó nada en el PP, que ahora ha emprendido una campaña de desprestigio de los republicanos.
La intención del PP es dañar la imagen de Esquerra, el partido que presiona a CiU hacia sus postulados más independentistas. Para ello, culpan a los republicanos de la «deficiente» financiación de Catalunya, por formar parte del tripartito que negoció el Estatut, como si se hubieran olvidado que fue el actual presidente de la Generalitat, entonces líder de la oposición, Artur Mas, quien cerró el acuerdo con José Luis Rodríguez Zapatero en el palacio de La Moncloa.
En la última semana se han repetido los ataques del PP a Esquerra en este sentido. Hace unos días fue el portavoz del PP en el Congreso, Antonio Alonso, quien conminó a Ciu a quejarse a sus socios de Govern por la financiación catalana, a preguntas de los periodistas en los pasillos del hemiciclo. Este martes ha sido el Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, el que ha respondido a una pregunta de Josep Antoni Duran i Lleida, esta vez dentro de la sala de plenos.
Montoro ha exculpado a los convergentes de los problemas financieros de la Generalitat y ha señalado a Esquerra como responsable de la situación, por su participación en el tripartito. La repetición en menos de una semana del mismo argumento deja entrever que el PP ha decidido lanzar un cable a CiU a costa de atacar a Esquerra.
En esa misma intervención ha explicado que el Estado español ha aportado más de 25.000 millones de euros en los últimos dos años a Catalunya para ayudarla con sus problemas de liquidez y que a finales de este año no quedará ningún proveedor de la Generalitat sin cobrar.
