Luis Bárcenas puso una condición a Mariano Rajoy y Javier Arenas en la reunión que mantuvieron al destaparse la contabilidad B del Partido Popular, a cambio de asumir las responsabilidades. El ex tesorero del PP exigió la destitución inmediata del «traidor» Cristóbal Páez, quien ocupaba el cargo de gerente del partido.
La destitución de Páez la gestionó María Dolores de Cospedal, quien, según El Mundo, fue muy generosa con el finiquito, pues a los 111.000 euros que le correspondían por contrato, la secretaria general del Partido Popular añadió 350.000 euros en negro, según ha reconocido el propio Páez ante el magistrado que investiga el caso, Pablo Ruz.
Según el diario de Unidad Editorial, el enfado de Bárcenas con el ex gerente del PP se debió a que le encargó la custodia de la contabilidad B del partido y por ello le responsabilizaba de su filtración a la prensa, que fue el origen del caso por el cual el ex tesorero del Partido Popular está encerrado en la cárcel de Soto del Real.
