«Debilita la marca Cataluña y genera inestabilidad para las inversiones que puedan llegar», Sánchez-Camacho. «Una deriva independentista alejaría la inversión extranjera», Sáenz de Santamaría. «Hoy hay inversores que tienen miedo de venir a Cataluña a colocar su dinero y crear puestos de trabajo porque ven que la situación política es muy inestable, porque el tema del 2014 está muy presente», decía el primer secretario del PSC, Pere Navarro, este 10 de agosto, en la última de las declaraciones que este lunes ha desmentido un estudio del Centro Catalán de Negocios.
El documento explica que en el periodo 2006-2010 el número de empresas extranjeras en Cataluña creció un 13%. 3.381 empresas. Citando fuentes del ‘Financial Times’ y la escuela de negocios ESADE, explica que a pesar de la «competencia desleal» por no ser capital de Estado, Cataluña atrae mucho más los inversores que Madrid.
El estudio enumera las principales inversiones anunciadas desde el 11 de septiembre de 2012 hasta junio de este 2013. Destacan empresas japonesas como Rakuten o Nissan, norteamericanas, como la industrial Coty o de los sectores tecnológicos cómo IBM o INSA. Holandesas, como la de servicios Booking o la financiera Benetach Investment, y suizas, como la farmacéutica Novartis o la financiera Partners Group.
La mayoría de inversiones anunciadas son mayoritariamente en sectores de valor añadido, por un importe previsto de casi 2.400 millones de euros y generarán cerca de 9.000 puestos de trabajo.
El estudio concluye que el camino hacia el Estado propio «no afecta negativamente a la actividad económica empresarial» y que los empresarios catalanes «sabemos que el mercado no es España sino que es el mundo».
