Teatro en el Senado

Rajoy comparece en la cámara alta, convertida en un fortín del PP, sin explicar los SMS ni la contabilidad de Bárcenas
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Muy arropado por los aplausos constantes de la mayoría parlamentaria del PP, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha comparecido este jueves en el Senado para criticar la moción de censura con que le ha amenazado el PSOE. El dirigente ha aludido al extresorero del partido, Luis Bárcenas, para reconocer que «se equivocó» por «confiar» en un «corrupto». Ni explicaciones por los SMS, ni por los papeles de la supuesta contabilidad en negro, ni los presuntos sobresueldos de algunos dirigentes. Rajoy lo ha negado todo, y ha sido largamente ovacionado por los suyos.

El PP ha desplegado en la tribuna de invitados de la cámara alta una numerosa representación encabezada por la número dos del partido, Dolores de Cospedal, y la presidenta valenciana, Rita Barberá. Invitados y senadores populares han interrumpido constantemente al presidente, para aplaudirlo, y al jefe de la oposición, para silbarlo.

«Ha dedicado más tiempo a justificar la comparecencia en el Senado y criticar la moción de censura que a hablar de la contabilidad B de su partido», ha contestado al jefe de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, en el turno de réplica, para resumir la intervención del presidente del Gobierno.

Rajoy ha dedicado buena parte de la hora que ha durado su primera comparecencia para criticar a Rubalcaba, para quitarle crédito a Bárcenas, y para enumerar los indicios que hacen prever, según el Ejecutivo, el cambio de tendencia de la economía española.

El presidente ya ha aprovechado la introducción de su comparecencia para atacar al PSOE por haber amenazado con una moción de censura «irreflexiva, irrelevante y pueril». «No me inquieta, y no me siento amenazado ni caeré en el chantaje«, ha dicho, consciente que la mayoría parlamentaria de los populares le asegura el cargo.

También ha recibido la prensa, por ir llena «de informaciones parciales». «Si se tuviera que dimitir por cada insidia que se publica cuántos diputados quedarían aquí?», ha preguntado Rajoy, para continuar criticando los socialistas: «Dan por bueno todo aquello que se publica. Ven delitos con la misma facilidad que antes veían brotes verdes».

Y entre reproches a la oposición y a la prensa, el presidente del Gobierno ha reconocido que se «equivocó» por creer a un «corrupto». «Me equivoqué… al mantener la confianza en alguien que no lo merecía», ha dicho. Una asunción de responsabilidades atenuada por la creencia en la buena fe de las personas: «Me engañó. Siempre he mostrado mi apoyo y mi solidaridad antes de que no se demuestre lo contrario».

Una vez más, Rajoy ha negado cualquier indicio que diga que el PP se ha lucrado con una contabilidad B. Eso sí, ha reconocido remuneraciones complementarias por razón de cargo, «como en todas partes». Pero pagadas «en blanco» e incluidas en la contabilidad del partido.

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