El presidente del Gobierno de las Islas Baleares, José Ramón Bauzá, ha perdido la batalla para prohibir los lazos quadribarrados en las escuelas. La Ley que el dirigente ha impulsado para que no se pueda colgar este símbolo en defensa del catalán en los centros educativos finalmente no tendrá el efecto deseado por el también presidente popular.
En un primer Anteproyecto de la Ley que el Ejecutivo envió al Consejo Consultivo de las Islas, la institución dictaminó que la legislación que se quería traer al Parlamento «no se ajustaba a derecho» en el apartado 3 del artículo 4, que regula la utilización o colocación de símbolos, al estimar que «atentaba contra la libertad de expresión, protegida por el artículo 20 de la Constitución Española».
Ahora, en un nuevo redactado que ha hecho llegar el Gobierno al Consultivo para evitar hacer una legislación con artículos inconstitucionales, sólo se dice que «cualquier otra utilización de estos bienes (un edificio público) para finalidades distintas de las derivadas del Servicio público a que están afectados, precisará de la oportuna autorización administrativa por parte de la consejería competente en materia de patrimonio».
Según el voto particular emitido por el sector más progresista del Consultivo, con la nueva redacción del Gobierno colgar lazos no será un delito ni podrá ser sancionado porque «si se cuelga de la fachada un lazo con los colores de la señera catalana, como expresión de apoyo a la lengua catalana, este hecho no constituye en ningún caso utilización privativa del bien, que continúa íntegramente destinado al servicio público educativo, de forma que no necesita autorización».
Los lazos a favor del catalán, la obsesión de Bauzá
El anuncio del presidente Bauzá de introducir la libre elección de lengua en la enseñanza temprana y sus amenazas de reducir las horas de clases de catalán en las aulas, animaron a los centros de Baleares a hacer un frente común contra la castellanización de la escuela.
El enero de 2012, un grupo de profesores del IES Albuhaira de Muro inició diferentes acciones en defensa de la lengua propia que se acabaron extendiendo por todos los centros educativos del archipiélago en forma de lazos quadribarrados en las fachadas de los edificios.
Desde Consulado de Mar se dieron órdenes estrictas a la Consejería de Educación que parara los lazos en las fachadas, pero el movimiento «Enlazados por la lengua» fue cogiendo fuerza en cada prohibición y circular que enviaba Educación amenazando a los centros. El vacío legal era evidente y Bauzá decidió crear una ley dirigida a prohibir los lazos en las fachadas. Con todo, la crisis de los lazos del Gobierno Bauzá precipitó la dimisión de la directora general de Planificación, Centros e Infraestructuras, Maria Mercedes Celeste y el pasado mes de mayo la destitución del consejero de Educación, Rafel Bosch.
