El conseller de Interior, Ramon Espadaler, ha reconocido por primera vez que había una furgoneta de la Brigada Móvil de los agentes antidisturbios en la zona donde Ester Quintana perdió el ojo. La versión oficial hasta hoy negaba que ninguna dotación de Mossos d’Esquadra se encontraba en la confluencia de las calles Gran Vía y Paseo de Gracia, desde donde se disparó el proyectil.
Los siete agentes que formaban parte de la dotación han sido apartados del servicio, según Espadaler porque ha perdido su confianza en ellos. El cabo y los seis agentes que formaban parte de la unidad no reportaron en el informe policial que estuvieran presentes en el lugar donde Quintana perdió el ojo.
Los agentes han señalado que «creen recordar» que dispararon una salva, pero han negado que dispararan ninguna pelota de goma, tal y como afirma Ester Quintana, que perdió el ojo mientras volvía a casa de la manifestación del 14-N.
El Conseller se ha comprometido públicamente a llegar hasta el final del caso y ha señalado que ha transmitido esta nueva información al juez que instruye el caso por la denuncia de la víctima, que compareció la semana pasada en el Parlament dentro de la comisión que investiga el uso de las pelotas de goma.
Prat, contra las cuerdas
El director de los Mossos d’Esquadra, Manel Prat, aseguró que dimitiría si aparecía cualquier prueba que demostrara que Ester Quintana perdió el ojo por el disparo de una pelota de goma. Hoy, tras la declaración del Conseller Espadaler, la dimisión de Prat parece más cercana.
Por su parte, el anterior Conseller de Interior y máximo responsable político cuando se produjeron los hechos, Felip Puig, también negó en su momento que se disparara ninguna pelota de goma y relacionó la pérdida del ojo con el «lanzamiento de objetos» por parte de los manifestantes.
