Como el ex vicepresidente Oriol Junqueras, el ex consejero de Exteriores Raül Romeva sólo ha respondido las preguntas de su abogado, Andreu Van den Eynde. Lo ha hecho también sin ningún papel encima la mesa y ha coincidido en presentarse, más allá de su trayectoria profesional, como un "preso político".
Por otro lado, Romeva se ha definido como "demócrata, republicano y europeísta" y ha añadido, también siguiendo el hilo de Junqueras, que "circunstancialmente, estoy independentista". Además, se ha reivindicado como hombre de paz.
Y ha aprovechado la intervención para resaltar la "paradoja" que él siga en el banquillo de los acusados mientras Vox se encuentra en el estrado, haciendo de acusación popular: "Quienes defendemos hoy estos valores tan importantes nos encontramos en el banquillo de los acusados, y en cambio los que amenazan de forma ostensible estos valores de la Europa de los derechos y libertades, se sientan hoy en el estrado entre las acusaciones".
A preguntas de su abogado sobre el porque, a pesar de que salió de la prisión y después volvió a ingresar, no huyó, Romeva ha reiterado en muchas ocasiones que no ha cometido ninguna ilegalidad: "No marché porque lo que hemos hecho es lícito, legítimo e incluso legal".
El ex consejero ha remarcado que los tratados internacionales que ha firmado España incluyen el derecho de los pueblos a decidir su futuro. También, ha comentado que, siempre que ha concurrido a unas elecciones, el programa que defendía incluía el derecho a la autodeterminación. Ha explicado que en el mundo ha habido 54 referéndums de autodeterminación desde el 1991, de los cuales 26 se han hecho "sin el consentimiento del estado matriz.
El ex consejero ha relatado su viraje desde el federalismo hasta "subir al barco del independentismo", a raíz de la sentencia del Estatuto, porque considera que rompió "el pacto constitucional del 78". Romeva ha descrito la sentencia del Constitucional del 2010 como una "ruptura emocional".
Cuando su abogado le ha preguntado si nunca había aceptado el uso de la violencia o la intimidación para conseguir el objetivo del derecho a la autodeterminación, Romeva ha respondido: "Rogundament, no".
