Barcelona se ha convertido en el paraíso del porro

La capital catalana desbanca a Amsterdam como centro de venta y consumo de hachís
Vecinos de Sarriá contra la apertura de un club cannabico en el barrio.

Barcelona es la capital europea del porro, el epicentro del tráfico y el consumo, y es un buen indicador la cantidad de clubes cannabicos a la ciudad: un total de 200, desde 2011, de las 800 asociaciones de fumadores de cannabis que hay en Cataluña. En Barcelona se fuma, y mucho. Tanto que incluso genera un turismo propio, el de consumidores de hachís que llegan a la ciudad buscando los clubes de los cuales se han hecho socios previamente a través de internet. Una investigación muy simple por la red te remite a una gran cantidad de foros cannabicos donde explican los pasos a seguir para hacerte de un club y facilitan las direcciones donde estas asociaciones están ubicadas, con el Eixample y Ciutat Vella al frente, pero repartidos por todos los barrios de la ciudad, desde Nou Barris hasta Sarrià.

Un negocio pujante que topa con la negativa de los vecinos para que se instalen en los bajos de cualquier edificio. La última choque, no con la ley, sino con los vecinos ha sido en Sarriá donde no quieren que se instale un nuevo club cannabico a poco más de 100 metros de una guardería. La ley es muy clara al respeto: no pueden estar a menos de 100 metros de un centro escolar, tienen que tener una doble puerta, una chimenea para salida de humo y no captar los clientes a la calle. Una prohibición que se saltan sistemáticamente los captadores de clientes al Arrabal o el Gótico.

La presencia de captadores es constante, y sin pudor van cuchicheando las palabras mágicas: cannabis, maría… a los turistas que encuentran paseando. Conscientes de que la ley española penaliza el tráfico y la venta, sólo se dirigen a potenciales clientes extranjeros para que consuman y compren las drogas en falsos clubes cannabicos. El narcoturismo ya es un pujante negocio en la ciudad y Barcelona sale en todas las guías sobre el cannabis, y ya supera Amsterdam como la capital del porro en Europa.

Mafias italianas y clanes gitanos son los que controlan el tráfico en la ciudad suministrando hachís procedente de Marruecos o de países subsaharianos. Las mafias chinas, pero, están haciendo los primeros pasos centrados en la producción. El epicentro son los falsos clubes cannabicos, tapaderas del consumo y el tráfico. El gran negocio que generan hace que haya crecido un mercado negro de licencias para las cuales se llegan a pagar hasta medio millón de euros. La legislación municipal afirma que si se tienen todos los permisos y se respeta la normativa no hay ningún impedimento para abrir un club, sea de uso terapéutico o recreativo. El 45% de los clubes, pero, según datos del mismo ayuntamiento, no cumplen el reglamento. Hay que añadir, además, que es difícil controlarlos, puesto que se dan los permisos pero no se controlan los cierres.

Barcelona ya no se limita a ser la puerta de entrada en Europa sino que es la capital con más consumo y tráfico de hachís. Según datos del Observatorio Europeo de las Drogas, España está entre los tres países comunitarios donde se consumen más estupefacientes, en especial entre los jóvenes.

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