Minutos después de que la portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó, haya acusado la Moncloa de "dilatar" la mesa de negociación y ponerla "en riesgo" por miedo que esta afecte a sus aspiraciones en las elecciones vascas y gallegas, ha sido la misma Moncloa la que ha reamirmado su compromiso para reunirla durante la segunda quincena de julio. De hecho, el gobierno español considera que es el presidente de la Generalitat, Quim Torra, quién tiene que aclarar si la quiere reunir este mes de julio.
La portavoz del gobierno español, María Jesús Montero, ha confirmado que consideran "oportuno" que la mesa de negociación se reúna después de las elecciones vascas y gallegas, previstas para el 12 de julio, si las condiciones epidemiológicas lo permiten y si cuadran las agendas. "Torra también tendrá que decir si le parece oportuno que se celebre", ha comentado la ministra, consciente que la mesa es una cuestión que genera tensiones entre Junts per Cataluña y ERC. De hecho, socialistas y republicanos tienen la impresión que es Torra quién tiene poco interés a retomar el diálogo pensando en las elecciones catalanas que se podrían precipitar en otoño.
La mesa de diálogo genera tensiones a múltiples bandas. Unas tensiones que han conducido a un intercambio verbal entre la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el presidente de la Generalitat, Quim Torra, sobre el liderazgo de este diálogo. En una entrevista en Radio 4, Colau ha dicho que todo el mundo sabe que el presidente no podrá liderar ni el diálogo entre Cataluña y España, ni la reconstrucción. Según la alcaldesa, Torra sólo habla para los independentistas e ignora la mitad de la población de Cataluña. Por alusiones, Torra ha respondido a Colau diciéndole que de "lecciones de diálogo, ni una". Y le ha recordado que gobierna con los votos de Manuel Valls y del PSC; también le ha dicho que gobierna en Madrid, y le ha preguntado por qué ignora los presos políticos y a todos los catalanes independentistas.
