Las primeras emociones y reacciones de los socios y aficionados en la hora del regreso al Spotify han arrojado un balance no del todo satisfactorio, si hay que hacer caso de los analistas con capacidad de aislar el componente menos racional y más sentimental que para los barcelonistas ha significado volver a casa.
La agradable sensación de estrenar accesos, escaleras, servicios, iluminación, ascensores, bocas más anchas o asientos recién colocados, así como paredes y techos pintados y laqueados, ha contrastado con una serie de detalles y deficiencias preocupantes, junto con la percepción más inesperada de que, en efecto, a la primera y segunda grada ahora reocupadas se les ha lavado la cara sin que haya cambiado su estructura. La verdadera novedad, el gran cambio para la mayoría, no será apreciable hasta que la tercera grada toque el cielo por encima de los dos pisos de los palcos premium. Y, sobre todo, cuando se haya podido colocar dentro de dos años la cubierta sobre el perímetro total del estado que sí que producirá un efecto acusadamente transformador.
Vale la pena resumir la percepción y la visión que el periodista Xavi Bosch, referente de la sensibilidad social barcelonista, ofreció a los lectores de Mundo Deportivo tras su auditoría personal al resultado de las obras de Limak.
El acceso a las localidades
Resumido, destaca la sensación de amplitud en el entorno más próximo al estadio por la supresión de vehículos en superficie, lo que ha permitido que los accesos al estadio sean más espaciosos y diáfanos. Sostiene que, tras el ensayo en un entrenamiento y el primer partido, pudo comprobarse que las incomodidades generadas por las obras han sido correctamente delimitadas y apenas afectan al flujo de personas, mejorando la entrada y salida del recinto, facilitando el tránsito y reduciendo aglomeraciones en los accesos principales por lo que afecta al exterior.
Al acceder llama la atención la importante reordenación en la numeración de puertas, bocas y asientos. Ahora solo hay 23 puertas de acceso a pie de calle, frente a las 69 anteriores, lo que simplifica considerablemente la orientación para turistas y aficionados ocasionales. Sin embargo, el cambio completo en la numeración de las bocas ha generado cierta confusión entre los habituales. Un aspecto positivo es la numeración consecutiva de las butacas, lo que facilita encontrar la localidad correspondiente rápidamente, eliminando la tradicional distribución de pares e impares a distintos lados del pasillo.
En cambio, un punto crítico detectado es la reducción del tamaño de las bocas en la segunda grada, especialmente en dos ubicaciones de tribuna (bocas 300 y 311), donde el paso se estrecha aún más debido a la coincidencia con escaleras interiores. Aunque estas modificaciones cuentan con la aprobación de los bomberos, se considera que han empeorado la situación y podrían convertirse en puntos conflictivos en caso de evacuación rápida. Son aspectos difíciles de solucionar una vez finalizadas las obras principales.
Problemas de tamaño
También, a su juicio, se ha identificado un grave error en el diseño del acceso a la primera grada, pues, al elevarse el suelo del corredor, las personas altas (a partir de 1,95 m) se ven obligadas a agacharse repetidamente para evitar golpes con la estructura hormigón, un problema que afecta a todo el anillo del estadio. Se han colocado adhesivos de advertencia, pero la solución es insuficiente y se cuestiona si este defecto cumple la normativa, ya que parece difícil de corregir a corto plazo.
En cuanto a la calidad de la renovada distribución del aforo, sospecha que expandir el concepto de tribuna a una boca más por cada gol (sur y norte), aunque aumente el número de localidades consideradas de tribuna, a la hora de la verdad, sin embargo, la vista desde estas nuevas localidades será prácticamente la misma que desde un córner. La duda, por más que finalmente estarán cubiertas como el resto del estadio, radicará en si los abonados de esa zona estarán dispuestos a pagar el precio de tribuna por una ubicación menos privilegiada en realidad.
Xavi Bosch pone especial énfasis que en la parte alta de la segunda grada, concretamente en las bocas 300, el vestíbulo resulta incluso más estrecho que antes, pese a lo que indicaba la maqueta del proyecto. El aumento de tamaño de los lavabos y la reubicación de los bares han reducido el espacio disponible, lo que provoca aglomeraciones durante los descansos. Además, existen escaleras mecánicas en tribuna que, de momento, no conducen a ningún sitio, evidenciando que la obra en esa zona aún no está completamente terminada.
Sí es relevante la apreciación de que las nuevas butacas instaladas son ligeramente más estrechas (41 cm de ancho frente a los 42,5 cm anteriores), aunque han ganado en profundidad. A pesar de la reducción de anchura, las nuevas butacas resultan más cómodas y no generan sensación de falta de espacio, ya que se mantiene la distancia entre el centro de una butaca y otra. No obstante, es importante señalar que el tamaño real del asiento ha disminuido.
A favor de la reforma, explica que los peldaños en la segunda grada eran muy altos y carecían de barandillas, dificultando el acceso, especialmente para personas mayores o con movilidad reducida. Con la remodelación, se han duplicado los peldaños y añadido barandillas en cada fila, mejorando la seguridad y facilitando el acceso. Sin embargo, la presencia de las barandillas hace que las escaleras sean más estrechas y dificulten el paso simultáneo de dos personas.
En cambio, en la parte alta de la segunda grada de tribuna, la ubicación de cabinas de seguridad, megafonía y televisión ocupa un espacio considerable, provocando que algunas localidades carezcan de visión sobre una de las porterías. En la primera prueba, se vendieron entradas junto a estos cubículos, resultando en una experiencia negativa para quienes no podían ver el campo completo.
Deficiencias en las evacuaciones
Y finalmente, aunque no es menos importante, se plantea si realmente ha mejorado el tiempo de evacuación en caso de emergencia. Según Joan Sentelles, director del Espai Barça, las simulaciones realizadas indican que el tiempo de evacuación se ha reducido de más de ocho minutos a apenas cuatro minutos y medio, gracias a las mejoras introducidas. No obstante, durante el partido ante el Athletic, se detectaron serios problemas en la evacuación del lateral de la primera grada, donde el número de escaleras de evacuación se ha reducido de trece a siete, aunque ahora son algo más anchas. Si esto supone que cada escalera debe evacuar el doble de personas, como se pudo comprobar, generó colapsos y situaciones caóticas durante los momentos de mayor afluencia, especialmente en los descansos. Además, añade, se han suprimido las trece bocas de las primeras filas, lo que agrava la situación de embudo y dificulta el desalojo ágil de los aficionados. Estas deficiencias no son fácilmente perceptibles desde el palco o la zona de prensa, pero afectan directamente a los socios y asistentes habituales, que reclaman soluciones efectivas.
A modo de conclusión, la reforma del Spotify Camp Nou ha supuesto avances notables en muchos aspectos, como la amplitud de accesos, la comodidad de las nuevas butacas y la mejora en la seguridad de peldaños y barandillas. Sin embargo, persisten deficiencias importantes, especialmente en materia de evacuación, diseño de accesos y visibilidad en ciertas localidades. El club, es su reflexión, deberá abordar estos retos para garantizar que el estadio cumpla realmente con los estándares de seguridad y comodidad esperados, y para que la nueva etapa del Camp Nou esté a la altura de las exigencias de los socios y la afición blaugrana.
