Madrid es una ciudad de 3,3 millones de habitantes (7 millones si contamos toda la metrópolis). Como capital del Estado, aquí se concentran los grandes núcleos de decisión política, empresarial, militar y judicial. Pero, más allá de las élites que detentan el poder, hay una inmensa mayoría de la población de condición trabajadora que lucha, día a día, para sobrevivir con dignidad.
No es ningún secreto que las élites madrileñas abominan y odian al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y que, desde hace años, se mueven y conspiran para echarlo de la Moncloa. Lo consideran un aventurero outsider que no es de los “suyos”. Para desgastarlo y provocar su caída disponen de un gran ejército mediático (Antena 3, Tele 5, Telemadrid, EDA TV, Onda Cero, COPE, EsRadio, ABC, El Mundo, La Razón y un amplio dispositivo de diarios digitales, como El Confidencial, Vozpópuli, El Español, OK Diario, El Debate, Libertad Digital, The Objetive, Periodista Digital…) que se dedican a torpedear y a denigrar sistemáticamente la imagen de Pedro Sánchez y del gobierno de coalición de PSOE y Sumar.
No es una cuestión de ideología, es una cuestión descarnada de poder. No hay ningún otro político en Europa que tenga que soportar una campaña de descrédito tan feroz y coordinada como la que tiene que afrontar Pedro Sánchez, que, para defenderse de la “fachosfera”, solo cuenta, de momento, con TVE, El País, la SER y un puñado de digitales (El Diario, El Plural, Público, La Marea e Infolibre). La diferencia de fuerzas mediáticas es abismal, los puestos clave del poder judicial –como se ha visto con la escandalosa condena del fiscal general Álvaro García Ortiz, antes de hacerse pública la sentencia– están ocupados por magistrados visceralmente antisanchistas, y una parte de las fuerzas de Seguridad del Estado, como la UCO de la Guardia Civil, también están alineadas con este complot.
Objetivamente, la situación de Pedro Sánchez es desesperaday la decisión de Junts x Catalunya de votar “no a todo” es la “puntilla”. Además, cuenta con la animadversión declarada del nuevo “emperador de Occidente”, Donald Trump. En esta coyuntura crítica, es obligación desde Cataluña de socorrer Madrid para romper este asedio angustioso. Nos van en ello los avances sociales conseguidos y la reformulación de España como un Estado verdaderamente federal. ¡Organicemos y enviemos una Columna Durruti!
