Manuel Sacristán Luzón en el Ateneo barcelonés

Bluesky

Han sido numerosos los encuentros, mesas redondas y conferencias sobre la obra y el hacer de Manuel Sacristán Luzón, uno de los grandes filósofos españoles de la segunda mitad del siglo XX, que se han celebrado, y se siguen celebrando, a lo largo de la geografía española -desde Granada hasta Madrid, pasando por Salamanca, Oviedo, Málaga, Badajoz, Valladolid, Valencia y otras ciudades-, en este año del primer centenario de su nacimiento. También 40ª aniversario de su prematuro fallecimiento a finales de agosto de 1985.

Nacido en Madrid un 5 de septiembre, el traductor de Platón, Marx y Quine vivió desde los 14 años en Barcelona, donde fue profesor de filosofía (cuando le dejaron: fue expulsado en dos ocasiones de la universidad por razones políticas) en las Facultades de Filosofía y Económicas de la UB y figura destacada en la lucha antifranquista desde posiciones comunistas democráticas como dirigente y militante del PSUC-PCE. (En sus últimos años del CANC y de los comités anti-OTAN).

También su ciudad de adopción, también Barcelona, ha sabido estar a la altura de las circunstancias. CCOO, PSUC-viu, la Universidad Pompeu Fabra, la Fundació Neus Català (con Víctor Ríos a la cabeza), Espai Marx y otros colectivos e instituciones han organizado actos en su recuerdo y la editorial barcelonesa de El Viejo Topo ha publicado textos suyos imprescindibles: Pacifismo, ecologismo y política alternativa,Seis conferencias, M.A.R.X. (Del mismo modo, la editorial extremeña Irrecuperables ha publicado Filosofía de la práctica I y II, y los Libros de la Catarata la antología Socialismo y filosofía).

Empero, los actos que se celebrarán en el Ateneo barcelonés a finales de noviembre, sin ser la traca final (se han anunciado jornadas sobre su obra en el Palau de la Virreina en diciembre de 2025 y en la Facultad de Filosofía en enero de 2026), tienen especial relevancia, en mi opinión.

El martes, 25 de noviembre, 18:30, se presentará el tercer volumen de la pentalogía Filosofía y Metodología de las Ciencias Sociales, ensayo que recoge escritos suyos del año académico 1981-1982 (por primera vez se publica la transcripción de sus clases de Metodología de ciencias sociales de ese curso). La presentación contará con la intervención de los profesores Miguel Candel, amigo y discípulo suyo, Fernando G. Jaén, ex alumno, y José Sarrión, autor de la segunda tesis doctoral sobre su obra: La noción de ciencia en Manuel Sacristán.

El Simposio sobre su obra, organizado por la Cátedra Ferrater Mora de la Universidad de Girona, con el apoyo del Memorial Democràtic y la Fundación Neus Català, se iniciará el 26 por la tarde y finalizará el viernes, 28, también por la tarde. En total, 11 sesiones, con tres o cuatro conferenciantes en cada sesión. Mayor diversidad político-filosófica imposible.

El encuentro contará con la presencia de estudiosos de su obra de México (Ignacio Perroini, Gabriel Delgado Toral) y de Argentina (Ariel Petruccelli, Juan Dal Maso), y de grandes filósofos, economistas e historiadores de nuestro país como Joaquim Sempere, Víctor Méndez Baiges, Óscar Carpintero, José Luis Moreno Pestaña, Renzo Llorente, Montserrat Galcerán Huguet, Álvaro Ceballos, Laureà Bonet, Miguel Manzanera, Ariane Aviñó McChesney, Jorge Riechmann, Ramon Alcoberro, Nuria Peist, José Luis Gordillo, Enric Tello, Joaquín Miras Albarrán, Víctor Ríos, Jesús Angel Ruiz,… Las sesiones tendrán lugar en la sala Jacint Verdaguer del Ateneo. La entrada es libre, pero el aforo es limitado. Los organizadores solicitan confirmación de asistencia a ser posible:  dir.cfm@udg.edu.

A finales de los años setenta, comentando un texto de Lucio Colletti, un filósofo influyente ya en transición hacia el berlusconismo, anotó Sacristán lo esencial de su propia concepción del marxismo: “Por eso era esencial saber que el marxismo no es teoría, sino intento de programa (sobre un deseo), que se intenta fundamentar en crítica (Ballestero) y en conocimiento científico. No se debe ser marxista (Marx); lo único que tiene interés es decidir si se mueve uno, o no, dentro de una tradición que intenta avanzar, por la cresta, entre el valle del deseo y el de la realidad, en busca de un mar en el que ambos confluyan.”

El autor, un gran pensador, un polímata muy sólido (fue también crítico literario, traductor incansable, trabajador editorial, director de revistas, introductor de la lógica formal), se movió con consistencia, yendo muy en serio, dentro de ese tradición que fue (y sigue yendo) en busca de ese mar de confluencia entre deseos de emancipación y realidad.

No fueron pocos los que le acompañaron en esa apuesta y aprendieron de su magisterio. Un excelente momento, el del Simposio que lleva su nombre, para estudiarle, recordarle, homenajearle y seguir su ejemplo.

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