La ruptura de Junts con el PSOE no ha cogido a nadie por sorpresa. De hecho, antes de que el partido de Carles Puigdemont oficializara la ruptura con el gobierno de Pedro Sánchez, ya había voces que apuntaban a que esto acabaría pasando y que, incluso, se atribuían el mérito de una futura caída del ejecutivo español, que queda en una situación de máxima fragilidad sin el apoyo de los posconvergentes.
Es el caso de la alcaldesa de Ripoll y líder del partido ultra Aliança Catalana, Sílvia Orriols, quien un día antes hizo una publicación en la red social X que parecía anticipar el momento: «¿Es posible hacer caer el gobierno de Madrid desde la capital del Ripollès? Yo creo que sí…», escribió, insinuando una cierta influencia de su formación en la ruptura de Junts con el PSOE.
Los augurios de Orriols pueden tener su base en los datos de las últimas encuestas, según las cuales Aliança Catalana mantiene una tendencia ascendente y crece en detrimento de Junts. El electorado independentista que se había mantenido fiel al partido de Puigdemont empieza a decantarse por la formación ultra, que ha conseguido consolidarse en zonas donde antes los posconvergentes tenían hegemonía.
Este crecimiento ha encendido las alarmas de Junts en el mundo local. La semana pasada, un grupo de alcaldes junteros encabezado por
A Vallès se sumaron Òscar Fernàndez (Cabrera de Mar), Albert Castells (Vic), Marc Buch (Calella), Arnau Rovira (Manlleu), Agustí Arbós (Olot) y el concejal de y vicepresidente del Consejo Comarcal del Berguedà, Ramon Caballé.
Aunque el secretario general de Junts, Jordi Turull, ha negado que la ruptura con el PSOE forme parte de una estrategia para contrarrestar el crecimiento de Aliança Catalana, todo parece apuntar que, en este caso, Orriols sí que va bien encaminada. Ahora bien, aún queda por ver si la ruptura entre los posconvergentes y los socialistas supone el final del gobierno de Sánchez.
