La jornada de la Diada ha comenzado con la tradicional ofrenda floral de las instituciones ante el monumento a Barcelona a Rafael Casanova. Gobierno de la Generalidad, Parlamento de Cataluña, Ayuntamiento de Barcelona y Diputación de Barcelona han sido las primeras en depositar la corona de flores al pie del monumento de quien fue consejero jefe de Barcelona hasta septiembre de 1714.
Además de las principales instituciones catalanas, también han ido partidos políticos (excepto PP, Vox, CUP y Alianza Catalana), entidades culturales, sociales y deportivas.
Tras la ofrenda, la portavoz del Gobierno de la Generalitat, Sílvia Paneque, ha defendido una Cataluña cohesionada y en convivencia para ir adelante en sintonía con el mensaje institucional del presidente de la Generalitat, Salvador Illa.
«Ningún proyecto nacional es sólido si deja a alguien atrás», ha defendido la portavoz, que ha añadido que «Cataluña debe ser tierra de acogida y de respeto». Durante su intervención ante los medios de comunicación la portavoz ha reivindicado «los valores compartidos» y ha apuntado que hay que «estimarlos». «No matamos la ilusión, mantengamos vivo el nervio nacional y civil que nos ha hecho avanzar como país», ha subrayado.
Paneque ha reiterado el papel de la lengua catalana en la cohesión del país y ha puesto en valor la preservación de la democracia y la credibilidad de las instituciones.
Por su parte, el presidente del Parlament, Josep Rull, ha pedido una actuación de firmeza y determinación en defensa del catalán después de que el TSJC haya tumbado buena parte del decreto lingüístico en la escuela.
Una decisión que, según Rull, pone más en riesgo una lengua que ya está en peligro. Según Rull, la nación catalana no es plena ni libre porque «sigue siendo masticada en varios aspectos». Y ha querido remarcar que se mantiene «la anormalidad» por la no aplicación de la ley de amnistía, haciendo referencia a los diputados de Junts Carles Puigdemont y Lluís Puig.
Finalmente, el alcalde Barcelona, Jaume Collboni, también ha apelado a la defensa del catalán «en un momento en el que todavía tenemos que sufrir incomprensión y a veces hostilidad por la lengua que nos une».
Collboni ha puesto el foco en el uso social y la vehicularidad en la escuela. En este contexto, ha defendido que Barcelona debe «ejercer la capitalidad del país, sobre todo en la vertiente cultural y de identidad».