La Flotilla Global Sumud, formada por más de cincuenta embarcaciones y participantes de cuarenta y cuatro países, ha vuelto a soñar con el mal tiempo cuando intentaba reanudar su viaje hacia Gaza.
El primer intento de salida, el domingo por la noche, acabó con un retorno precipitado a Barcelona por una fuerte tormenta. El lunes por la tarde, la flotilla volvió a saler con el objetivo de romper el bloqueo naval y llevar ayuda humanitaria, pero de nuevo varias embarcaciones pequeñas se han visto obligadas a girar cola y volver a puerto por seguridad.
Retirada parcial pero objetivo vigente
A pesar de este revés, otros barcos mantienen la ruta hacia el este del Mediterráneo en el que se considera la mayor operación civil marítima organizada hasta ahora contra el aislamiento de Gaza.
Entre los integrantes hay activistas internacionales y personalidades políticas y culturales que apoyan la causa palestina. Los organizadores no han detallado cuántos barcos se han retirado ni si podrán reincorporarse tras un paro técnico, pero remarcan la voluntad de seguir adelante.
La situación humanitaria en Gaza, marcada por el hambre y la escasez de suministros básicos, sigue siendo el argumento central de la iniciativa. La flotilla aspira a abrir un corredor seguro para la ayuda humanitaria, a pesar de las inclemencias meteorológicas y el riesgo de intercepción por parte de las fuerzas israelíes.
