Jordi Barbeta, tertuliano desde hace muchos años en diversos medios de comunicación y actual articulista de El Nacional, se ha visto obligado a hacer lo que califica como «un acto de contrición» ante las imágenes de niños muriendo de hambre en Gaza. Lo explica así en un artículo en este medio digital: «No tenía previsto escribir el mes de agosto, pero me siento personal y moralmente obligado a formular un acto de contrición respecto a la defensa de la causa israelí que he mantenido desde hace años y que ahora me hace sentir culpable. Lo que está perpetrando el gobierno de Benjamin Netanyahu, procurando la muerte por inanición de bebés, es, sin duda, un crimen contra la humanidad ante el que es inmoral callar y no rebelarse. Netanyahu ha conseguido que el derecho a existir del Estado de Israel deje de ser lo que para algunos era una causa noble, y los que lo hemos defendido nos preguntamos ahora si no debemos haber contribuido a alimentar los argumentos de la barbarie. Matar de hambre niños (y adultos) de manera premeditada nos remite a los peores episodios en los que la naturaleza humana ha mostrado su gen autodestructivo».
Barbeta explica que ha viajado varias veces a Israel y que «era fácilmente comprensible la determinación israelí de acabar con Hamás, que les impedía vivir en paz» pero que ahora «es difícil argumentar el derecho a existir de un pueblo a base de destruir otro». «No hay que entrar en disquisiciones estúpidas sobre lo que es un genocidio o un exterminio; lo que es evidente es que esta guerra, que, por cierto, estalló en circunstancias misteriosas, tenía como objetivo expulsar a todos los palestinos de su tierra, calculando que cuantos menos sean, más fácil será erradicarlos», escribe y acaba reconociendo la mala conciencia que tiene. «Algunos defendimos el derecho de Israel a responder al sanguinario ataque de Hamás y ahora nos sentimos cómplices de la infamia», lamenta.
Pilar Rahola, también articulista en El Nacional, hace días que no escribe sobre este genocidio. Está entretenida con el debate sobre soberanía fiscal y la habanera El meu avi.