Nuevo episodio de la huelga indefinida de los socorristas de las playas de Barcelona, que este lunes se han concentrado frente a la sede del PSC para desmentir las palabras de la teniente de alcaldía Laia Bonet, quien había asegurado que había «conversaciones constantes» con el colectivo. Los trabajadores lo niegan rotundamente y aseguran que no han recibido ninguna propuesta formal ni ninguna convocatoria de reunión desde que empezó la protesta el 1 de agosto. En este sentido, reiteran que continuarán con la huelga hasta que se abra una vía de negociación real para abordar sus reivindicaciones.
«Continuamos sin recibir ninguna noticia. No ha habido ninguna reunión, ni por parte del Ayuntamiento ni de la empresa concesionaria, FCC», ha afirmado Ignacio García, secretario general de la sección sindical de la CGT. Durante la concentración, una treintena de trabajadores han vuelto a denunciar la falta de recursos y la distribución que consideran inadecuada del servicio mínimo, y han insistido en que algunas playas deberían cerrarse parcialmente para garantizar una vigilancia efectiva en las zonas abiertas.
Por otro lado, los socorristas han destacado que este fin de semana se han producido dos accidentes graves en las playas. Aunque las víctimas se encuentran fuera de peligro, consideran que los hechos ponen en evidencia la necesidad de un servicio completo y bien dimensionado: «Es un tema de seguridad para la ciudadanía. No podemos garantizarla si no nos dan más personal y mejores condiciones», ha remarcado García.
En este sentido, la CGT ha señalado que el Ayuntamiento de Barcelona tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad en los espacios de baño y ha recordado que, según la Ley de Costas de 1988, las competencias son 100% municipales. Los trabajadores mantienen sus demandas de ampliar la temporada alta de vigilancia, mejorar las condiciones laborales y actualizar los módulos de trabajo, y la acción de este lunes se suma a las del viernes y domingo, cuando los socorristas ya advirtieron que la situación podría empeorar si aumentaba la afluencia a las playas.















