Sala-i-Martin se vuelve a poner en ridículo, ‘desnudado’ otra vez por Rosell

El expresidente del Barça, al recordar que en su época el club ganaba más títulos y más dinero, ha provocado la ira, el resentimiento y el odio de las redes en su contra por parte del tejido más parasitario del laportismo

Xavier Sala-i-Martin - Foto: TV3

El laportismo con mayor rango de su estructura mediática y del aparato con el que se corroe la realidad barcelonista de forma sistemática y diaria reacciona siempre con rencor, ira y envidia, y se diría que con un relato al borde del delito de odio -si no de lleno en él-  cuando se trata de Sandro Rosell. Una figura que cada vez que reaparece en la escena azulgrana, ni que sea tangencialmente, desnuda de pies a cabeza a los laportistas más ilustres y recalcitrantes como lo que básicamente son: palmeros, embusteros, aprovechados, zafios y fanatizados que han aprendido a recibir un subsidio de un modo u otro del Barça, todos ellos parasitarios del gran depredador que es Joan Laporta.

Apenas una frase de Rosell, «Jan, piensa solo en el Barça», referida a lo que toca hacer ahora que el viento le sopla a favor, ha provocado que ese bestiario carroñero que escolta al presidente haya inundado las redes con insultos y un resentimiento exagerado, como si esa simple alusión les hubiera salpicado de ácido.

Puede tomarse como referencia significativa el mensaje de Xavier Sala-i-Martín, probablemente uno de los más célebres ignorantes del laportismo, que además de su acreditada incapacidad para la economía ahora también revela que, en materia de leyes, su comprensión en el contexto Barça es del todo limitada. O eso o directamente ha hecho de tanta mentira y de tanta patraña su forma de seguir como valido, a veces extravagante bufón asambleario, del presidente.

Esta ha sido su respuesta, por otro lado previsible: «Cuando tú y Bartomeu hicisteis condenar al club por delitos fiscales resultado de decisiones que habíais tomado vosotros PERSONALMENTE, ¿tú pensabas solo en el Barça? Por favor, Sandro, ¡¡¡deja ya de hacer el ridículo!!!».

Se refiere a la sentencia final del caso Neymar 1, resuelta con una condena por delito fiscal contra el FC Barcelona resultado de aquella querella inicial de Jordi Cases, promovida desde el entorno del propio Laporta y respaldada por el palco del Bernabéu con la única intención de que la Audiencia Nacional metiera en la cárcel a Rosell y a Bartomeu. Ese era el plan y único objetivo de una operación, una especie de operación Cataluña en miniatura desde el laportismo contra la posibilidad de que el Barça, con el tridente Messi-Suárez-Neymar, siguiera siendo el equipo dominador del fútbol mundial sin Laporta y sin Guardiola.

De esa inconfesable y vergonzosa postura del propio entorno barcelonista (el laportista) que antes había gobernado y ahora ha vuelto, el militante Sala-i-Martin no dice nada porque en verdad lo que más le duele es que la gestión del mismo equipo liderado por Messi en sus manos se saldara con 81 millones de pérdidas y bajo la presidencia de Rosell con casi 200 millones de beneficio y más títulos todavía.

La moraleja es que los propios barcelonistas con poder e influencia desde la oposición -o sea, Laporta y secuaces como Sala-i-Martin- trataron por todos los medios de echar primero a Rosell y luego a Bartomeu, y al final consiguieron, aunque fuera a costa de perjudicar al Barça cuando podía perdurar el ciclo ganador iniciado en torno a Messi y a la primera generación de oro de la Masía.

Sala-i-Martin sabe mejor que nadie que el fallido caso Neymar 1 salió de la Audiencia Nacional porque no había ningún fundamento para llevar siquiera ante los tribunales a ninguno de los dos presidentes contra los que apuntaba la querella. Sandro Rosell nunca fue imputado por la sencilla razón de ya no era presidente, y Josep Maria Bartomeu, tampoco, porque los abogados del club, sabiendo que las poderosas y oscuras fuerzas que estaban detrás de la querella no se iban a conformar con nada, se apresuraron a realizar un ingreso complementario a Hacienda por si al final la maquinación acababa en ese terreno. Era evidente y quedó probado en dos juicios que la operación del fichaje de Neymar fue correcta y transparente por más que el Real Madrid -o sea, Florentino Pérez- la intentara ensuciar por todos los medios. Florentino y el laportismo compartían entonces, como ahora, demasiados intereses comunes, incluido vengarse de Rosell por haberle arrebatado a Neymar delante de sus narices.

Por tanto, y en conclusión, como también sabe Sala-i-Martin, difícilmente Rosell y Bartomeu pudieron pactar una sentencia contra el club para salvarse ellos cuando nunca estuvieron formalmente imputados ni acusados. Sabido es que hasta la propia Hacienda se sorprendió de que la Audiencia Provincial de Barcelona, a donde fue a parar la denuncia por falta de solidez de la acusación, revelara un posible fraude fiscal, pues la inspección y revisión del fichaje había sido aprobada por la propia Hacienda años antes.

Es sabido, también, que si el Barça iba a juicio debía aprovisionar 90 millones -lo que reclamaba Hacienda- durante todo el tiempo que podría prolongarse la causa, motivo por el que la junta decidió asumir un supuesto delito por 12 millones, que, por la compensación con la cantidad que preventiva había ingresado el club como pago del IRPF de la indemnización pagada al padre por el fichaje, acabó en unas pérdidas de 4 millones. Curioso que Hacienda reclamara súbitamente como salario de Neymar ese pago por unos años en los que Neymar estaba jugando en el Santos. Fue el botín mínimo que se llevó el Estado de esa jugada a lo grande y de abuso de poder en la Audiencia Nacional.

En todo caso, ese fichaje de Neymar contra el que ese sector laportista del barcelonismo -y de la prensa- se cebó, como si les fuera la vida de ello, acabó dejando un beneficio neto de 122 millones al FC Barcelona. Nada que ver con algunas de las operaciones de Laporta & Sala-i-Martin que, como Can Rigalt, Sogecable, Ibrahimovic, Henry, Eto’o y Mediapro, provocaron pérdidas al club superiores a los 100 millones. Sí, lo de Sala-i-Martin sigue siendo bastante ridículo por no hablar de su intento de intentar colarle a los socios unas cuentas sin auditar temporada 2009-10, suplantando como tesorero al propio vicepresidente económico de la junta.

Por cierto, que el nombre y la foto de Xavier Sala-i-Martín forman parte de la documentación utilizada para captar inversores de la expansión china del Reus, esa que, por ahora, ha provocado que se acumulen varias querellas por estafa contra Joan Laporta.

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