El proyecto de La Bressola –la red de escuelas catalanas en las comarcas de Rosselló y Conflent, en territorio francés– ha recibido, históricamente, el apoyo político de los nacionalistas y de los independentistas del Principado, que han hecho bandera de ello. En la actualidad, La Bressola pasa por graves dificultades económicas, debido a la hostilidad manifiesta del Ayuntamiento de Perpiñán, en manos de la extrema derecha de Marine Le Pen, que le ahoga el indispensable apoyo económico.
El presidente de la Generalitat, SalvadorIlla, ha decidido encarar este problema personalmente y viajó el pasado viernes a Perpiñán, donde anunció una ampliación de 150.000 euros de la subvención anual que recibe esta red de escuelas del Gobierno catalán, hasta los 800.000 euros. Con esta decisión, Salvador Illa mueve ficha con dos objetivos: reafirma el compromiso público del PSC y de la Generalitat en la defensa de la lengua catalana y planta cara a la extrema derecha europea allí donde tiene uno de sus bastiones más sólidos: Perpiñán.
Cabe señalar que la capital de Rossellón es, para vergüenza de todos, la ciudad más importante de Francia donde gobierna Rassemblement National (RN), con el alcalde LouisAliot.
