Laporta admite que tampoco ha hecho los deberes y no puede inscribir a Dani Olmo

Desesperado y acorralado, intentará que un juez mercantil le dé una cautelar como la de Gavi para que LaLiga se vea en la obligación legal de mantenerlo dentro de la plantilla, otra solución tipo parche, chapucera y provisional

Dani Olmo, en el partit contra el Borussia Dortmund - Foto: FC Barcelona

Una vez más, admitido de forma pública y para vergüenza del barcelonismo, Joan Laporta no ha conseguido los recursos suficientes, ni de lejos, para inscribir a Dani Olmo y Pau Víctor, los dos únicos fichajes de esta temporada. A falta de dos semanas para que LaLiga dé por caducadas sus inscripciones, metidas con calzador por la lesión estirada de Christensen con la Liga ya empezada el pasado mes de agosto, el refuerzo estrella sigue pendiente de que el presidente del FC Barcelona sea capaz de sumar a los malabarismos anteriores (Barça Studios, Socios.com, Orpheus Media, Libero, Vestigia y Armarak) un nuevo truco que prolongue la agonía de Bridgeburg Invest, la sociedad valorada en 408 millones en 2022 que hoy no vale absolutamente nada y que sigue siendo la causa principal de que el Barça de Laporta siga teniendo el margen salarial bloqueado.

El más difícil todavía, encontrar una fórmula que no suponga anticipar más activos de futuro a cambio de poco pan y más hambre para el futuro como el contrato de Nike, presenta serias dificultades que al propio jugador ya se le han comunicado y que tienen mucho que ver con su desconexión y abatimiento en el terreno de juego de las últimas jornadas. Aunque en el caso de no conseguir el dinero suficiente, Dani Olmo quedará libre para firmar con el club que quiera, esa posibilidad no significa, al contrario, ningún consuelo. De hecho, saber que Laporta no dispone ahora de los fondos para asegurarle la continuidad a partir del 1 de enero ha sido un golpe duro, una decepción enorme después de haber arriesgado su futuro a la carta azulgrana en verano cuando el resto de los objetivos del staff técnico no se dejaron seducir por la palabrería de Laporta.

Dani Olmo se siente embaucado y engañado desde hace días tras saber de primera mano que su continuidad depende de un milagro y que desde hace meses las diferentes opciones avanzadas por el propio Laporta no son más que argumentos mediáticos sin ningún fundamento real, empezando por aquella bravuconada suya previa a la asamblea: «Si no estamos en la regla 1:1 es porque no queremos, porque no hemos querido firmar con Nike convencidos de que con más tiempo obtendremos mejores condiciones».

La realidad es que a tres días de la asamblea en la que los socios deben ratificar el contrato con Nike, Laporta sabe que ni siquiera ese supercontrato es suficiente para salir del pozo en el que ha metido al Barça, agravado aún más por las pérdidas de 91 millones del ejercicio pasado. No era cierto que hubiera inversores interesados en Barça Vision ni que con el dinero de la gira por Asia (cuatro partidos que impedirán realizar una pretemporada como es debido) era posible la inscripción de los jugadores pendiente. Tampoco la venta avanzada de los palcos VIP del nuevo Spotify.

Atrapado en esta encrucijada, Laporta fue capaz, sin embargo, de convencer de nuevo a la prensa de que la situación está controlada y de que, satisfactoriamente, los abogados pueden haber encontrado otra fórmula de darle al asunto patada hacia adelante mediante una pataleta judicial, demandando por lo mercantil a LaLiga en protesta porque no le permitieron utilizar el resto del 70% de la ficha por la baja de Ter Stegen que no absorbió el refuerzo del portero polaco Wojciech Szczęsny.

Laporta sabe de sobras que una norma interna de LaLiga, aprobada por los clubs, prohíbe expresamente destinar ese remanente a más de un jugador. El truco pasa por arrancarle al juez una medida cautelar que permita, sin entrar en el fondo del asunto de momento, obligar a LaLiga a mantener la inscripción de Dani Olmo. Exactamente el mismo mecanismo judicial que al Barça le permitió no perder a Gavi por la misma razón, por el bloqueo del margen salarial crónico, mórbido, y la falta de fondos que es santo y seña de la gestión de Laporta.

Lo que Laporta califica como «presentar demandas sin acritud» contra LaLiga para salvar con más mentiras y trampas la inscripción de Dani Olmo no es más que el enésimo reconocimiento de que Barça Studios (Bridgebur Invest) es una sociedad zombi como defiende el auditor y al mismo tiempo otra salida desesperada, una jugada de alguien que se siente acorralado y al que no le toca otro remedio que jugar con fuego y al límite. Vienen días de más peligro e incertidumbre de los que el equipo necesita y que por ahora ya se ha cobrado una víctima, el estado de ánimo del propio Dani Olmo, visiblemente afectado por causa de un escenario aún más ridículo que el del verano y con la perspectiva de otra solución tipo parche, chapuza y provisional.

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