¿Comprará Puigdemont un coche de segunda mano a Feijóo?

El desangramiento por heridas fratricidas de ERC había relegado a Carles Puigdemont a un segundo plano, algo que el expresidente detesta enormemente. Así, buscando el foco mediático que su rival independentista por antonomasia le había esquilado, Puigdemont se ha sacado del sombrero de mago una cuestión de confianza al presidente Pedro Sánchez. Una argucia, si se la puede llamar así, que justifica en términos de decepción; viene a decir que Sánchez no es de fiar, y por eso le quiere plantar una cuestión de confianza que, más allá de darle algún minutito de telenotícies, no parece que pueda aportar demasiadas más satisfacciones.

Llama la atención que Puigdemont se haga el ofendido ahora con Sánchez, de quien se siente engañado, cuando no hace demasiado afirmaba que nunca le compraría un coche de segunda mano al presidente español; se entiende que para hacer una adquisición de estas características se requiere un grado de confianza alto con el vendedor, que él no tenía y ahora tampoco tiene. Y si ya no le tenía, ¿de qué llora ahora la criatura? De hecho, Puigdemont echó el comentario automovilístico tras asegurar que los votos de los siete magníficos de Junts nunca harían presidente a Sánchez, y lo hicieron.

De hecho, hace tiempo que Puigdemont dice una cosa y hace la contraria sin ningún indicio de rubor. Uno de estos últimos y más sonados giros de guión fue cuando afirmó que, en caso de ser superado por Salvador Illa, cosa que pasó, abandonaría la política. Lejos de cumplir, el político se revistió presidente de Junts, relegando a Laura Borràs del cargo.

Es conocido que Puigdemont tiene mala pieza en el telar; cada paso que da para alejarse de Sánchez, es un paso que le acerca a Alberto Núñez-Feijóo, y con él, a Vox. A final tendrá razón el republicano Gabriel Rufián cuando indica una y otra vez que «Feijóo será presidente gracias a Junts». Quizá ha llegado el momento de que Puigdemont se pregunte si le compraría un coche de segunda mano a Feijóo. Eso o que, después de tantas contradicciones, se aplique él mismo la cuestión de confianza; su antagonista Oriol Junqueras lo está haciendo estos días… Por cierto, es cuando menos curioso como Puigdemont y Junqueras cada día se parecen más…

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