A Juan Manuel de Prada

Bluesky

Me he despertado esta mañana sobresaltado al leer su artículo en el que nos incita a ahorcar y descuartizar a Pedro Sánchez y a su mujer, llamándolos hijos de puta, esperando que sus despojos los engullan las aves carroñeras. Nos insulta a todos los españoles diciéndonos que tenemos “horchata en las venas” y utiliza un vocabulario que me ha removido el estómago. Confieso que nunca había oído hablar de usted y ahora casi me arrepiento de que me hayan enviado lo que ha escrito. Podría llamarle fascista, negacionista climático, rata inmunda, inmoral, abyecto, ruin. Podría también incendiar las redes pidiendo que lo fusilaran en alguno de los emplazamientos donde las tropas francesas asesinaron a decenas de madrileños. Así moriría por la patria en manos de rojos nauseabundos y pobres. Podría buscar en el diccionario todos los adjetivos que definen su personalidad, su quehacer diario. Pero no lo voy a hacer. Y no porque no me salga del alma, sino porque creo fehacientemente que en estos momentos prima el respeto a las víctimas de las inundaciones en Valencia y en otros puntos de España.

No deja de sorprenderme que una turba de malnacidos, entre los que no tengo más remedio que incluirle, aprovechen la desgracia de esas gentes para insultar de manera muy cruel a quien tiene que estar al frente de la reconstrucción. Me imagino que celebró el palazo a Pedro Sánchez y que tuvo un orgasmo al ver cómo quedó el coche en el que viajaba. Imagino también que estaba al tanto de que todo era un montaje de grupos de extrema derecha que lo habían organizado de tal modo para que el Rey no resultara demasiado afectado.

Pienso, señor de Prada, que los cobardes tienen claro cómo actuar en cada momento. Escondidos en sus mansiones de lujo, en sus cuarteles, en sus despachos, lanzan a sus huestes al barro, donde este se mezcla con la mierda, con la real y con la que va saliendo, para regocijo de esos seres que, como usted, son incapaces de mostrar un poco de empatía. De hecho, me puedo hacer una idea de su pensamiento, en el que deben confluir ideas como que hay que matar a todos los que no piensen como usted, incluso a esos niños de Gaza para que mueran antes de llegar a ser terroristas. Imagino también que pertenece a esa estirpe que llevaba a sus hijas a abortar en silencio a Londres, mientras que se lo negaban al resto de las españolas, a las pobres, claro. No me equivoco si lo veo escribiendo en el teclado de su ordenador toda clase de improperios, mientras saliva el dulce néctar de la sangre.  Está también muy claro que nunca lo veremos ataviado con botas de agua, guantes y una pala recogiendo barro en Paiporta. A usted le va más el “fango”, ya me entiende. No cabe duda de que su contribución al firmamento del odio le será recompensada por sus amigos, los que mandan en Madrid y, a los que, por cierto, tampoco les importa que muera gente en las residencias si los demás podemos tomarnos unas cañas y unos bocadillos de calamares.

Estoy convencido de que nunca va a leer esto porque los prepotentes nunca pierden el tiempo leyendo lo que escriben los demás. Se creen seres elegidos para salvar al mundo desde sus zonas de confort y, claro está, nunca saldrán en defensa de nadie de manera real. Percibo que las calles de Paiporta o de Aldaia llenas de enseres, de coches y de dolor infinito solo le provocan odio, señor de Prada. Podría entender, y de hecho entiendo, la indignación por no ser avisados antes de la catástrofe, por la tardanza en reaccionar, pero nunca voy a apoyar la violencia.

Usted, desde ese sitio de privilegio y de cobardía, haga lo que le plazca. Mi lucha no va a ser nunca la suya. Afortunadamente, somos muchos más los que estamos al lado de esas gentes, los que vamos a limpiar los pueblos afectados con su artículo y su griterío infame y lleno de maldad. Muchos más los humanos, los fraternales, los humanistas. Esas personas no se merecen que usted escriba lo que ha escrito.

Es libre de hacer lo que quiera, pero España es solidaria por naturaleza. Lo sabemos porque llevamos muchas ya. Lo sabemos porque ya hemos vivido momentos de mentiras en los que, ante la desgracia, ciertos energúmenos solo saben echar más carnaza. Ratas y lobos lo llevan en la sangre. Como usted.

Espero que la justicia haga su trabajo, que esas líneas que usted lanza con ese desprecio y esa rabia, vayan donde tienen que ir y que usted pague por tanta afrenta barata. Estaré expectante y al lado de los que no pueden aceptar tanta maldad y me alegraré de que pague todo el dolor que ha provocado ese escarnio que, no lo olvide, no va contra Pedro Sánchez, sino contra todas las personas de bien.

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4 comentarios en «A Juan Manuel de Prada»

    • Desde luego el autor no se entera de nada y ha leído poco a de Prada. Prueba de ello es que desconoce que Juan Manuel de Prada siempre se opuso al ataque militar de Israel sobre Gaza. Me parece un sectario más de este mundo altamente ideologizado.

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