Un 50% de los catalanes tendrían dificultades para desplazarse en silla de ruedas por las áreas comunes del edificio en el cual residen, mientras que más de la mitad (53%) tendría problemas para moverse dentro de su propia vivienda. Así lo recoge el informe La Voz de la Accesibilidad, elaborado por la Fundación Mutua de Propietarios, con el objetivo de mostrar el día a día de los más de 2,4 millones de españoles con movilidad reducida, de los que 270.000 (un 11%) son mayores de 65 años. Unas barreras arquitectónicas que, para un 64% de los catalanes, serían difíciles de solucionar por la complicación que supone poner a todos los vecinos de acuerdo, especialmente si la inversión en las obras de adaptación supera los 2.000 euros por vecino.
“La movilidad reducida es uno de los principales problemas de la tercera edad y, por eso, es esencial que las comunidades de propietarios sean conscientes de la necesidad de hacer accesibles los edificios para facilitar la vida de las personas mayores, contribuyendo a crear una sociedad más inclusiva”, destaca CristinaPallàs, directora de la Fundación Mutua de Propietarios. Para este colectivo, las dificultades para transitar libremente no solo aparecen en los espacios comunes de su bloque o vivienda. Acceder a los edificios públicos, atravesar los pasos de peatones, moverse en transporte público o, incluso, andar por las aceras, son acciones que también comportan una gran dificultad. Por eso, la accesibilidad en los municipios catalanes está calificada con un suspenso (4,7) entre los que tienen problemas de movilidad
De acuerdo con el informe La Voz de la Accesibilidad, los pasos de peatones son los mejor valorados en materia de accesibilidad (5,82), seguidos por los accesos a los edificios públicos (5,54), puesto que muchos cuentan con rampas o ascensores, y el transporte público adaptado, valorado con un 5,29. Finalmente, con un suspenso (4,4) quedan las aceras, por su falta de amplitud y su deficiente estado. Sin embargo, es destacable que siete de cada diez catalanes no se plantea cambiar de lugar de residencia por estos motivos, puesto que consideran que el resto de las localidades se encuentren en la misma situación en materia de accesibilidad.
“Aunque la sociedad conoce la existencia de las barreras arquitectónicas no es plenamente consciente de lo difícil que pueden llegar a ser estos obstáculos para desarrollarse en el día a día de las personas con dificultades a la hora de moverse, y por eso las acciones de sensibilización y de concienciación social resultan fundamentales para conseguir una plena igualdad de derechos”, señala Pallàs.
¿Como nos imaginamos el día a día de una persona en silla de ruedas?
El informe de la Fundación Mutua de Propietarios explora también cómo la sociedad catalana percibe el día a día de las personas con movilidad reducida. En este sentido, hacer deporte (86%), viajar (85%), subir al transporte público (76%), hacer la compra (74%), o llevar a cabo las tareas cotidianas (74%) son las acciones que consideramos que comportan más dificultad para realizar en silla de ruedas.
“La accesibilidad no tendría que ser un lujo, sino una herramienta para que todos puedan participar plenamente de la sociedad”, concluye Pallàs.