El Barça cierra el mercado con un día de luto por el ridículo de Laporta y de la prensa

Desenmascarada por su precariedad económica, la pésima gestión financiera del presidente y la soberbia y falsedad exhibidas en fichajes imposibles, la junta hubo de admitir que no hay contrato con Nike ni aval ni recursos para sostener la fantasía 'laportista' alimentada por los medios

Joan Laporta

Joan Laporta abrirá la nueva temporada de RAC1 con una entrevista el próximo lunes en la que, se supone, dará las explicaciones oportunas sobre el aciago y vergonzoso mercado de verano que, ayer mismo, la misma prensa que ha sostenido el gran teatro laportista de estos meses sobre todo tipo de embustes, subterfugios y trampas, cerró con un día de despedida y duelo anticipado al vencimiento del periodo de fichajes.

Los medios y los entornos digitales del régimen, o sea, la mayoría, venían frotándose las manos y preparándose para ese gran final de fiesta prometido por Laporta, la esperada noche del 30 de agosto en la que el Barça anunciaría, al límite como siempre, al menos dos fichajes, un extremo hasta más bueno y mediático que Nico Williams y un medio centro de los que hacen época. Hasta se abrió la imaginación y el abanico de posibilidades a la llegada de un lateral si, además de las operaciones financieras tan sólidamente encaminadas, se producían salidas de última hora que reportaran más dinero para reforzar el equipo de HansiFlick.

Al final, sin embargo, la propia directiva de Laporta hubo de cortar de raíz y con 24 horas de adelanto sobre el horario previsto las crecientes expectativas de un milagro que, en realidad, nunca estuvo ni remotamente cerca de producirse.

Laporta, a través del mismo aparato de propaganda que se había creído y difundido el cuento de los nuevos inversores de Barça Studios, las ventas millonarias y el anticipo de 100 millones del contrato de Nike, tuvo que admitir a lo largo de la triste jornada de ayer, disgustando a sus más leales servidores periodísticos y digitales, que todo era fuegos artificiales y el resultado de un relato que desde el 1 de julio pasado siempre respondió más a la imaginación, la fantasía y la ambición que a las verdaderas métricas del margen salarial azulgrana.

Aunque aburre repetirlo, la maniobra de Aramark, imprecisa e inexistente en el diccionario comercial, aunque reconocible en las películas de gánsteres, no sirvió para solucionar el impago de Libero ni el pozo de Barça Studios, de la misma forma que el recurrente contrato de ampliación con Nike sigue estando muy lejos de concretarse, en ningún caso antes de que la batalla cruzada de demandas y su resolución en los tribunales defina un periodo real de tregua y del fin de las hostilidades.

Ilustrativo y doloroso el epílogo del primero de los palmeros del laportismo, LluísCarrasco, en su homilía habitual en Jijantes: “La realidad es que a un día y unas horas del cierre del mercado no estamos en el fair play del 1:1. Y esto es debido a que se han cometido errores”. Un reconocimiento laxo y en tercera persona de la tomadura de pelo histórica por parte de Laporta al barcelonismo, utilizando todos sus peones y recursos a mano. Tan risible como el numerito del propio GerardRomero en Jijantes, leyendo párrafos enteros del supuesto contrato con Nike, tan calentito -explicó radiante ante su audiencia a principios de semana- que este viernes iba a ser la noticia del año futbolístico, junto con el aterrizaje de los fichajes pagados con la lluvia de millones desde Portland.

Si Laporta es indiscutiblemente el promotor y principal responsable de haber prometido, asegurado y divulgado que el Barça estaba en condiciones de dominar el mercado, de fichar bajo la regla 1:1, de poder pagar la cláusula de Nico Williams, fichar a Chiesa, a Leao o a cualquiera, no es menos culpable ese coro mediático que, día a día, con una fe inquebrantable en el credo laportista, se ha dedicado a amplificar ese discurso excesivo de soberbia y hasta de fanfarronería del presidente.

La prensa en general, que ahora se siente engañada y manipulada, debe admitir también su papel cómplice y disparatado en este juego de los despropósitos en el que, a diario, entraban en abierta contradicción las informaciones que confirmaban la inexistencia de margen salarial para inscribir buena parte de los jugadores, entre ellos VitorRoque y DaniOlmo, con los titulares sobre los fichajes de Chiesa o Leao, en este caso por casi 80 millones. Incomprensible que ambas realidades pudieran convivir en el mundo real y más aún que los periodistas se prestaran a dar credibilidad y carta de naturaleza a la ficción laportista de este verano.

El resultado de esa gestión tan pretenciosa y falsa en la forma y en el fondo ha sido el de un ridículo histórico que, paradigmáticamente, se ha reflejado en el frustrante intento de fichar a Nico Williams yendo de farol y la vergonzosa inscripción de Dani Olmo bajo el paraguas de la lesión interpretable de larga duración de Christensen.

La escena final de este episodio circense se vive este viernes de duelo, tristeza y desconsuelo que, por lo menos, habrá servido, empezando por los medios, para cuestionar en adelante tanto la credibilidad del presidente como la de su aparato de comunicación a la hora de filtrar a la opinión pública la dinámica real de un club varado en la torpeza de sus dirigentes. Lo paradójico es que, contra la precariedad y la falta de refuerzos, al entrenador no le ha quedado más remedio que echar mano de la Masia y de su inagotable talento, con el resultado nada inesperado de una brillante pretemporada y un arranque de Liga impecable.

Puede parecer, pues, que a pesar de lo grotesco del mercado y el show laportista, innecesario, las cosas han salido mucho mejor de lo esperado, pero el propio Hansi Flick ha advertido que entre las bajas médicas y las forzadas como la de Gündogan la plantilla no es la que le prometieron ni la suficiente para la exigencia de un calendario infernal para los internacionales. La solución, después de que los sueños de grandeza de Laporta hayan acabado en pesadilla, no puede ser exigirle a los ‘niños’ que hagan el trabajo mejor que los mayores y mucho menos presionarlos para taparle las vergüenzas a la gestión del presidente. MarcBernal ha sido la primera víctima de esta presión añadida a futbolistas en periodo de formación. Cuidado.

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