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Protestar no es (¿era?) terrorismo

Xavier Ribera

Gasetiller, escrividor i guionista. Com deia Calders, "vaig néixer abans d'ahir i ja som demà passat. Ara només penso com passaré el cap de setmana".
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«Protestar no es terrorismo», decía el lunes el amigo Jordi Évole, junto a la presidenta de la ANC, Dolors Feliu. Una estampa poliédrica, de esas que gustan, o al menos a mí, pero que, especialmente después del jaleo del procés, son caras de ver. Resumen: un grupo de ciudadanos, con pensamientos diversos, haciéndose una foto para reivindicar una cuestión tan palmaria como que protestar no es terrorismo. En otro tiempo, por obvio, el esfuerzo nos habría llamado la atención, pero ahora resulta necesario. A los citados, los acompañaba un centenar de entidades, asociaciones, sindicatos, periodistas, artistas… No sé, por citar alguno: Andreu Buenafuente, Lluís Llach, Mònica Terribas, Ariadna Gil, Miki Esparbé, Carlos Cuevas, Queco Novell, Laura Rosel, Gerard Quintana, Buenaventura Clotet, Jordi Basté, Ricard Ustrell, Oleguer Presas, Carlos Bardem, Eduard Farelo… De pelaje diverso, ciertamente.

Al menos les une la idea de que protestar no es terrorismo, y en los tiempos que corren, esto no es poco. Y quisieron hacerlo público en la plaza del Rei de Barcelona, un marco transversal, situado en el barrio Gòtic, que conserva aquella disposición rectangular original, hecha durante el reinado de Martí l’Humà con la idea de celebrar torneos, y que ha sido testigo de innumerables hechos históricos a lo largo de los siglos.

La foto iba acompañada de un manifiesto, ¿o era el manifiesto quien acompañaba la foto? No importa, supongo, el orden de los factores… Un manifiesto claro, que entre otras muchas cosas, dice: “Hoy vivimos una nueva escalada contra el Derecho a la Protesta. Ante la persecución e investigación por terrorismo de 11 personas dentro de la causa contra Tsunami Democràtic, la sociedad civil manifestamos que: La investigación que lleva a cabo la Audiencia Nacional / Tribunal Supremo contra Tsunami Democràtic supone un ataque directo al ejercicio de derechos fundamentales, especialmente del derecho de manifestación y libertad de expresión y la libertad de información. Un nuevo ejemplo de la aplicación extensiva del Código Penal en la criminalización de la protesta…”.

Como decía el cantante cubano Pablo Milanés: «Una persona tiene derecho a protestar y el Estado debe protegerle la vida, sea cual sea la naturaleza de la protesta”. Así, yo tengo derecho a protestar contra los jueces que de manera interesada criminalizan las protestas, o contra los despropósitos de algunas protestas, o contra los gobiernos inoperantes que desatienden al campesinado, por ejemplo, o contra lo que me rote. Protestar como un ciudadano por no callar como un súbdito, que decía el rapero Nach. Pues eso, que protesto.

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