El Baix Ter reclama medidas «excepcionales» ante la sequía para no sufrir aún más «la depredación hidrológica» de Barcelona

Critican a la Generalitat por la "falta de inversiones y previsión" y se oponen frontalmente a la reducción del caudal del río

El riu Ter creuant pel barri de Pedret de Girona (Marina López, ACN)
El riu Ter creuant pel barri de Pedret de Girona (Marina López, ACN).

La Junta Central d’Usuaris d’Aigües del Baix Ter (JCUABT) reclama al Gobierno catalán medidas «excepcionales» para que no se siga trasladando al territorio el «problema histórico» de escasez de agua que sufren Barcelona y su área metropolitana. Aseguran que la reducción del caudal del río ante la entrada en emergencia, pasando de los 2.000 litros por segundo a tan solo 600 «afectará en gran medida la cantidad y calidad del acuífero» y que se resentirán tanto la agricultura como el turismo y el agua potable. La junta, además, carga contra la Generalitat por su «falta de inversiones y previsión» para afrontar la sequía que acaba perjudicando aún más una cuenca del Ter, que «es y ha sido solidaria durante muchos años» con los recursos hídricos.

La JCUABT está formada por 40 municipios y cuatro comunidades de regantes. Engloba el curso del río que se extiende desde Celrà (Gironès) hasta su desembocadura en L’Estartit (Baix Empordà), el Daró y la riera de Pals. Nació en el año 2015 para proteger el agua del río, sus acuíferos y velar por garantizar sus usos.

Este jueves, sus cargos se han reunido con los de la Agència Catalana de l’Aigüa (ACA) en el primer encuentro de seguimiento de la sequía en el ámbito del Baix Ter. Durante la reunión, los miembros de la JCUABT han rechazado la decisión de la ACA de rebajar de los 2.000 litros por segundo a los 600 el caudal del Ter desde el Pasteral hasta la desembocadura.

En un comunicado, la junta subraya que esta reducción «afectará en gran medida la cantidad y la calidad del acuífero» y pondrá en entredicho la disponibilidad de agua para los próximos meses. Y aquí, los representantes de la JCUABT remarcaron que al «gran perjuicio» que sufren los agricultores del Baix Ter se sumarán también las consecuencias para el turismo «y la más que probable afectación al agua potable».

Por ello, el territorio reclama que no se siga trasladando al Baix Ter el «problema histórico» de escasez de agua que sufre Barcelona y su área metropolitana. «Se deben buscar medidas para garantizar que la solidaridad hídrica de la cuenca del Ter no se vea afectada aún más por el impacto de la sequía», subraya la junta en el escrito.

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