Cataluña ha cerrado el 2023 con cifras récord de ocupación para esta época del año, con 3,7 millones de personas trabajando, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE). Con todo entre octubre y diciembre, el incremento de empleo se ha estancado con solo 200 trabajos más (+0,01%) que en verano.
El segundo año de vigencia de la reforma laboral ha acabado con 197.600 empleados más (+5,62%) que en 2022. A cierre de año, la tasa de paro ha repuntado ligeramente hasta el 8,95%, pero es la más baja por esta época desde 2007.
Desde el punto más álgido de afectación por covid, el indicador de desempleo se ha reducido en cerca de 5 puntos. A pesar de marcar una cifra históricamente baja, los parados han notado un crecimiento de 20.900 personas en tres meses, hasta las 366.300 personas. En comparación con el año pasado, hay 20.900 parados menos, un 5,4%, cifra que se mantiene por encima del 5% en los últimos tres trimestres.
En este trimestre la población activa –es decir las personas que trabajan o quieren hacerlo– ha marcado el registro más alto de la serie histórica con 4,08 millones de catalanes, 176.600 personas más que el año pasado. Cataluña ha llegado a finales de diciembre con 3.716.400 personas trabajando, con un ligero incremento del 0,01%.
El dato no se había logrado nunca y ha superado los máximos de 2008, cuando se llegaron a los 3,6 millones de trabajadores. La crisis financiera recortó drásticamente este indicador, que no superó los 3,2 millones de empleados hasta el segundo trimestre de 2019. Con este récord, Cataluña ya lleva tres trimestres consecutivos rompiendo los registros de ocupación.
Temporalidad al mínimo
Durante el segundo año con la reforma laboral completamente en vigor, se ha notado un impulso de la ocupación indefinida, con 182.600 asalariados más con este tipo de contrato que en 2022. Entre octubre y diciembre, pero, se han registrado 23.000 contratos indefinidos menos que en verano. Por otro lado, los asalariados con un contrato temporal han pasado del 20,2% hace dos años al 13,3%, logrando un mínimo histórico.
El recorte se ha notado más entre las mujeres, aunque son ellas las que firman el 55% de los contratos temporales. Así pues, en un año, el porcentaje de mujeres con un contrato temporal se ha reducido en 2,1 puntos y el de los hombres de dos décimas. En este cuarto trimestre la brecha de género todavía era de tres puntos con las mujeres con un 15% de temporalidad y los hombres con un 11,6%. En ambos casos se trata del dato más bajo de los registros que se remontan al 2002.
