Durante la época navideña, aumentan las tentaciones para que compremos todo tipo de productos y servicios. Las campañas de marketing empresarial son cada vez más sutiles a nivel psicológico y vinculan la percepción de nuestro nivel de vida con nuestra capacidad de gasto y endeudamiento. A todo esto, se suman los mensajes de los bancos que ofrecen préstamos personales adaptables a cuotas personalizables, mientras que grandes empresas comerciales realizan campañas para ofrecernos ofertas navideñas que se pueden pagar después de las fiestas en múltiples opciones de cuotas que incluyen intereses y gastos de gestión.
EL TRIANGLE ha entrevistado a dos asesores financieros personales que alertan sobre las trampas económicas a las que pueden enfrentarse las familias, especialmente en esta época del año. En este sentido, Eduard Gironella advierte que, «cuando llega la Navidad, estamos muy manipulados y nos da la sensación de que tenemos que gastar. Pero se puede tener una Navidad fantástica con un nivel de gasto muy limitado si se gasta con conciencia». Según el asesor Gironella, «tenemos muchas trampas que nos rodean y muchos actores que nos incitan a gastar mucho más de lo necesario, y una de las trampas que nos rodea es la tarjeta de crédito. No es lo mismo ver cómo salen los billetes de la cartera que gastar con la tarjeta de crédito, que te da mucho margen hasta que llegas al límite establecido. Con la tarjeta no tienes conciencia de estar gastando mucho».
Jesús Barreña, por su parte, indica que comprar a crédito hace creer que tienes un poder adquisitivo más alto, pero, en cambio, estás comprometiendo unos gastos fijos que no tienes en el presente. En Navidad los efectos llamada a la compra son más fuertes que nunca, y «se compran cosas que no se necesitan porque son baratas y hacemos la compra sin poner conciencia ni reflexión». Un ejemplo es el Black Friday, donde se ha evidenciado que se compran productos que eran más económicos un mes antes, pero el reclamo de compra es muy grande. En esta época, por lo tanto, se acumulan muchos gastos superfluos y muchas compras impulsivas.
La situación no sería preocupante si los gastos fijos de las familias no hubieran subido tanto en los últimos años. El asesor financiero Barreña destaca que «falta previsión en las familias porque ni trabajan con un presupuesto ni tienen control del dinero. Cuando suben los gastos, como ha pasado con los tipos de interés de las hipotecas y un IPC superior al 8% el año pasado, entonces viene la crisis. Mientras se llega a final de mes, aunque no lleves un control, vas cobrando, gastando y manteniendo el nivel de vida. Cuando todo sube, y un 8% para una familia normal es mucho, aparecen los problemas».
Los dos asesores advierten que las familias y la sociedad se encuentran en esta situación porque «no hay educación financiera» ni en las escuelas ni a lo largo de la vida. Planificar y tomar conciencia de los gastos es clave para tener una buena salud financiera en nuestros hogares.
El asesor Eduard Gironella recomienda destinar una tarde de sábado, por poner un ejemplo, a analizar todos los extractos bancarios del último año y ver en qué se han gastado el dinero. «Hacer un presupuesto a un año vista y realizar una buena planificación futura» es clave, según el asesor. Otro reto es fijar unos objetivos determinados para poder planificar los recursos que necesitaremos para alcanzarlos. Un ejemplo sería reservar un fondo para pagar los estudios universitarios de los hijos o prever el coste del cambio de coche sin tener que endeudarnos. «Una buena planificación consiste en perseguir unos objetivos según unos recursos disponibles», según Gironella. Las familias deben ser conscientes de que el 70% de lo que se gasta al mes es esencial, pero que el 30% restante es secundario. Por lo tanto, según los expertos, «todos tienen más capacidad de la que pensamos para ahorrar».
En este sentido, Jesús Barreña anima a las familias a considerar el ahorro como un gasto fijo del presupuesto mensual. «La riqueza familiar está en el ahorro y no en el consumo», según Barreña. «Cuando consumes, gastas un dinero que desaparece, pero, en cambio, cuando ahorras estás adquiriendo un beneficio más grande, que es disponer de tranquilidad financiera por si pasa cualquier cosa». Para el experto financiero, «nos autoengañamos cuando pensamos que podemos obtener un nivel de vida tan alto como nos permita nuestro poder de deuda».
Su metodología de trabajo con las familias se basa en autoevaluar el patrimonio familiar cada año para ver si ha crecido o no. Para lograrlo, es necesario elaborar un presupuesto anual sencillo que incluya los ingresos y los gastos fijos más el ahorro. Según su criterio, «el ahorro es un gasto fijo porque es una inversión en ti mismo. Es un dinero que tu yo presente paga a tu yo futuro». Los gastos variables deben ser la comida, el ocio, la ropa y los aniversarios, y deben ajustarse al poder adquisitivo de cada familia. De hecho, «tu nivel de vida está determinado por lo que te queda libre para gastos variables».
Como herramientas para gestionar bien los ahorros, Barreña recomienda primero hacer un fondo de tranquilidad financiera que cubra tres meses de margen. Con el dinero restantes, ya se puede pensar en hacer inversiones. Entre las mejores opciones disponibles, están los fondos indexados con riesgos muy bajos a largo plazo. Si se siguen estos consejos, sabremos si hemos mejorado nuestras finanzas cuando observemos que hemos ganado la inflación durante el último año.