Los Mossos d’Esquadra han detenido a un total de 17 personas en el marco del operativo llevado a cabo este miércoles en la comarca barcelonesa del Maresme contra la venta de marihuana y hachís a través de máquinas expendedoras. Tres de los arrestados son los gestores de la empresa que suministraba las sustancias en un formato similar al de un paquete de tabaco, y la venta se hacía en establecimientos como pequeños supermercados, hecho por el cual se han hecho 16 inspecciones administrativas en los puntos de venta.
A lo largo de la mañana se ha intervenido un millar de cajas con cogollos y resina, además de 7.000 euros en efectivo, y se han precintado tres máquinas expendedoras. A los tres responsables del negocio se les acusa de un delito contra la salud pública, con penas que pueden ir desde un año de prisión hasta los tres. El resto de los detenidos son responsables de los puntos de venta, y se prevé que queden en libertad este mismo miércoles una vez hayan declarado ante los Mossos.
La investigación se inició a partir del hallazgo que un transportista hizo en uno de los paquetes que trasladaba, y que se había roto. «Encontró marihuana, nos la llevó a comisaría e iniciamos la investigación sobre los destinatarios de la sustancia, una empresa de Canet de Mar», explica el jefe de la División de Investigación Criminal de la Región Metropolitana Norte de los Mossos d’Esquadra, Josep Antoni López Garzón.
Estirando del hilo determinaron que tenían un entramado comercial con establecimientos donde tenían máquinas expendedoras parecidas a las de tabaco, pero que en su lugar dispensan cajitas con marihuana y hachís en su interior. «En una inspección administrativa en un establecimiento incautamos las cajitas y las analizamos, y vimos que de las 25 muestras que habíamos cogido, 20 tenían una cantidad de THC superior al 0,2%, que es el máximo permitido», señala López Garzón.
En esta fase de la investigación se llegaron a intervenir cerca de 700 gramos de cogollos de marihuana, así como piezas de hachís y 700 euros en efectivo. La mercancía llegaba hasta siete establecimientos, principalmente del Maresme y la Selva, y también a otros del Vallès Occidental, Barcelona y el Baix Llobregat, en municipios como por ejemplo Mataró, Cerdanyola del Vallès, Sant Andreu de la Barca o Cardedeu.