El grifo de los hogares de Cabrera d’Anoia hace semanas que solo funciona de las 12:00 hasta las 17:00 horas. La sequía es la principal causa que ha provocado que el pozo del que sacaban agua se haya secado, pero también la falta de mantenimiento prolongado de una red obsoleta, construida en los años 50 con fibrocemento.
En mayo empezaron con restricciones y, si bien ahora ya han construido un pozo nuevo, la Agencia Catalana del Agua (ACA) solo les permite un límite de extracción. De momento, ya llevan 500.000 euros en facturas de camiones con agua para abastecerse y señalan que la solución definitiva será la conexión a la red ATL que costará 1,8 millones de euros. Una plataforma vecinal ha convocado un corte en la C-15 este domingo para denunciar la situación.
El regidor de Urbanismo y Medio Ambiente de Cabrera d’Anoia, Francesc Cirera, ha explicado a la Agència Catalana de Notícies (ACN) que el estado en el que se encuentra la red de captación y suministro del municipio no es la deseable. En los últimos años, se han ido haciendo algunas actuaciones, que intentaban evitar que hubiera fugas, pero no habían llegado a arreglar el problema. «Hace ocho años que se empezaron a detectar fugas. Arreglabas una cañería y cinco metros más adelante estallaba la siguiente», lamenta. «El gobierno anterior hizo una inversión de 400.000 euros para reparar algunos tramos, pero todavía se tienen que cambiar más», añade.
De hecho, una de las cañerías por las que llegaba el agua antes de distribuirla por la red de suministro estaba en un estado «muy precario», explica Cirera, y tenía muchas fugas. Todavía hay que sustituirla, pero se ha construido una provisional, de unos cinco kilómetros, con un desnivel de 200 metros, que pasa por la superficie. «Todavía tenemos que hacer la obra, pero al menos no tenemos fugas», señala.
