Una de las dos Finlandias tiene que helarte el corazón

Bluesky

Hace unos días entrevista a mi amigo periodista Mark Aguirre para hablar de la situación en Níger y del neocolonialismo francés en África. Como hago a menudo, la última pregunta fue cómo y cuándo creía que se podría resolver esta crisis. Me contestó diciendo que los ciclos biológicos humanos y los de las sociedades son distintos. Nosotros vivimos lo que vivimos y los cambios sociales suelen ser más lentos. ¡Vaya! Que la África instalada en una sociedad del bienestar como la que tenemos en Europa tardará en existir. Si llega, ni Mark ni yo estaremos aquí para verlo. Ambos tenemos más de sesenta años.

Lógicamente, esto no comporta un llamamiento a la despreocupación ante las injusticias que hay en todas partes y que tardarán en desaparecer. En todas y cada una de las circunstancias injustas que existen en el mundo hay gente tratando de vencerlas. He pensado en ello cuando he sabido que el gobierno de Finlandia quiere complicar el acceso a la asistencia sanitaria de los inmigrantes que no dispongan de papeles que regulen su situación en el país.

El gobierno de la socialdemócrata Sanna Marin aprobó, a principios de año, una ley que obligaba a los ayuntamientos a proporcionar asistencia sanitaria gratuita a todos los inmigrantes, con o sin documentación legal. Este gobierno fue sustituido por uno de derechas, con el apoyo del Partido de los Finlandeses, de extrema derecha, que ha anunciado que derogará esta ley y que dejará en manos de los ayuntamientos decidir si ofrece esta asistencia gratuita o no. Se trata de una medida incluida en un paquete de normas que pretenden crear un “entorno hostil” a los inmigrantes, recortarles el acceso a los servicios y prestaciones sociales y prevé deportar a terceros países a los que no se pueda repatriar a sus países de origen.

Pero al igual que Antonio Machado detectaba dos Españas, capaces de helarnos el corazón, también hay dos Finlandias. Existe también la Finlandia que considera una agresión a los derechos humanos desatender la atención sanitaria que necesita cualquier persona. Inmigrante o finlandés de toda la vida. Y esta Finlandia lucha para que los ayuntamientos sigan ofreciéndola. Este país sólo tiene un 7% de población inmigrada, pero el ruido de la extrema derecha y los medios de comunicación que le hacen de altavoz se ha abierto camino entre la población.

Lógicamente, la llegada de inmigrantes requiere una gestión acertada, eficaz y justa para ellos y para los autóctonos. No deben infravalorarse las complicaciones que comporta. Pero hay que buscar y encontrar soluciones que vayan más allá del lamentable «muerto el perro muerta la rabia». El movimiento migratorio no se detiene ni se resuelve expulsando a las personas que llegan a los países ricos en busca de una vida mejor, poniéndoles barreras en las fronteras o negándoles derechos fundamentales como la asistencia sanitaria. Es intolerable que cada año mueran miles de personas en el Mediterráneo o en otros lugares del mundo intentando alcanzar un lugar donde vivir dignamente.

Ciertamente que los ciclos biológicos humanos no son suficientemente largos como para que vivamos en el mundo justo que desearíamos, pero desfallecer y tirar la toalla porque nos moriremos antes de verlo no es un regalo que se pueda hacer a los políticos y los poderosos que ponen obstáculos en el camino. Aquí y en Finlandia.

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1 comentario en «Una de las dos Finlandias tiene que helarte el corazón»

  1. Pensaba que els finlandesos/as eren inteligents/as
    Pero veig que NO
    Negar la asistencia sanitaria a un/a inmigrant,
    Depent de la malaltia, pot generar una epidemia.
    I si hi ha morts, mols seran finlandesos/as
    NO COMMENT

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