Cuesta creer que Paloma Mikadze, hija de Manana Giorgadze, la jefe de gabinete de presidencia del FC Barcelona, se haya convertido en la responsable de la fusión de las redes sociales, web y marca Barça después de un proceso de selección racionalizado, riguroso y supervisado por el departamento de recursos humanos del club azulgrana. No sería, en ningún caso, nada nuevo ni distinto en una dinámica interna de cadena de favores a los amigos del presidente Joan Laporta y del nepotismo instalado y dominante en el entorno de su junta y de la alta dirección del club, donde el patrón de la gestión del día a día se reduce, básicamente, a una obediencia ciega a la figura del presidente, el cumplimiento irreflexivo de todas sus órdenes, y la concesión sin rechistar de sus caprichos u ocurrencias.
El núcleo duro, el camarote, como lo llaman los empleados del Barça en susurros, ha acabado siendo un apéndice igual de despótico y totalitario que el mismo Laporta, un entorno cada vez más tóxico y endogámico puesto al frente de lo que el propio presidente califica de multinacional familiar, otra broma suya con la finalidad de burlarse de algún modo de su propio modus operandi. O sea, el de un estilo de mandato que, por sombrío, sospechoso y opaco, exige la máxima concentración de poder en las menos manos posibles y una absoluta impenetrabilidad del resto de la administración.
Así, en lugar nombrar un nuevo CEO después de la traumática salida de Ferran Reverter, Laporta asumió esas funciones y también las riendas del Espai Barça una vez descabezado el responsable elegido por Reverter. También le corresponden a Laporta, desde la supresión de la obligación de prestar aval, el peso de las decisiones en materia económica que le fueron arrebatadas a Eduard Romeu, el avalista designado e insolvente -al que han echado de Audax- y que ahora aspira, a imagen y semejanza de Laporta, a vivir del club de un modo u otro. A Romeu, figura cada vez más decorativa, no le queda otra que rendirle pleitesía, adularle exageradamente y servirle, como ha hecho, embaucando a los socios y a la prensa con un recital de mentiras sobre el Espai Barça.
No hace falta decir que, en el ámbito deportivo, necesita peones como Mateu Alemany y Deco, aunque él sea quien tiene la última palabra y quien hace jugar a su voluntad a los agentes-comisionistas, algunos de ellos socios en otras aventuras fuera del perímetro barcelonista, como Pini Xahavi y Jorge Mendes principalmente, además de darle manga ancha a su excuñado, Alejandro Echevarria, en materia de fichajes y también en la delicada, sigilosa y millonaria gestión de la seguridad.
Para el resto de las áreas, que le preocupan poco o nada, se deja llevar por Elena Fort, Enric Masip y algún directivo como Ferran Olivé, el tesorero imprescindible, piezas todas ellas controladas por el otro anillo único del poder, Manana Giorgadze, a la que apodan la presidenta, ejerciendo esa doble habilidad suya, exclusiva del entorno del presidente, de unir a su extraordinaria capacidad de trabajo, como jefa de gabinete, una eficiencia operativa contra la que nadie es capaz de competir. Manana ejerce un mando absoluto en la totalidad del territorio doméstico al margen del volcán deportivo.
A cambio, Laporta le permite hacer de las suyas como colocar en el club a su hija, Paloma Mikadze, inicialmente encargada de los tuits del presidente, y también a su novio en algún rincón del club.
Con las sucesivas crisis internas y los despidos masivos de cualquiera dudoso de desafección al régimen, más allá del desmantelamiento de Barça TV, es cierto que las redes sociales azulgrana han decaído en cuanto a producción y complicidad con el universo barcelonista.
Algunos articulista como Xavi Bosch (Mundo Deportivo), a propósito del ascenso a Paloma Mikadze al estrellato de esa parte sustancial y clave de la comunicación, habían señalado la necesidad de reactivar esa conexión social. “La cuenta de Telegram -ha escrito- que sirve para informar a los socios del club está inactiva desde el pasado 29 de mayo. Extraña que no haya ni una sola interacción en casi dos meses cuando eran semanas decisivas para comunicar el traslado a Montjuic para convencerles de sacarse el pase de temporada. Segundo ejemplo. A poco de iniciar el Barça la gran gira americana, con cuatro partidos estupendos, la cuenta de Instagram del Barça para Estados Unidos hace más de 13 semanas que no publica nada. Ni tan siquiera se han anunciado los partidos del Tour. Un desierto”.
Detalles subsanables fácilmente para la nueva jefa de las redes sociales que, también en opinión de otros periodistas bien informados, no posee el currículum, la experiencia y el talento como para asumir un cargo para el que ha sido elegida a dedo por mucho que el comité de empresa, presidido por un laportista entregado y sinuoso, lo quiera presentar como un gesto admirable y ejemplar de promoción interna. No lo puede ser cuando Paloma Mikadze entró a trabajar en el club hace dos años por imposición presidencial y esa posición que ahora ocupa no ha sido sometida a un proceso de selección objetivo ni con garantías.
Los expertos no esperan un cambio capaz de recuperar el nivel competitivo de las redes sociales del Barça alcanzado hace unos años tras un periodo de excelencia iniciado en 2010. Antes, el club transitaba en la mediocridad digital. La web era una plataforma muy lenta y poco visual. En la primera etapa de Laporta, el pulso en las redes sociales lo dominaba el Real Madrid. Con la presidencia de Sandro Rosell se diseñó y modernizó un departamento online y la reforma de la hoja de ruta, de la gestión de redes sociales, la puesta en marcha de una nueva web (en 10 idiomas), contenidos innovadores y una transformadora estrategia de negocio digital, entre otros objetivos.
Como consecuencia, el Barça recuperó el liderazgo y la comunidad digital del Barça creció en muchos territorios clave. El éxito deportivo tuvo su réplica en el campo digital gracias a un equipo de profesionales con talento para reactivar y hacer competitivas áreas clave como comunicación, tecnología y marketing. La falta de una visión más exacta y panorámica ha provocado que, en los últimos años, se hayan atribuido logros y méritos a personas concretas en un intento por personalizar el éxito y colgarse medallas. Sería pertinente tener memoria histórica de club para avanzar en un Barça más integral en el que profesionales de la comunicación, el periodismo, el marketing y la tecnología realizaron un trabajo reconocido en diferentes foros internacionales.
Una época feliz que dio paso a otra de signo decadente que ahora se pretende recomponer bajo el Barça Identity, un proyecto de fusión de redes sociales, web y marca Barça concebido para recuperar el esplendor de otros tiempos.
Muy propio del estilo Laporta eso de poner por encima de un área que no funciona a un superjefe que, por encima de todo, le garantice la máxima lealtad y el secreto de las interioridades del poder. Ya hizo algo parecido fichando a Toni Cruz para tomar el control absoluto de Barça TV con la misión de subir el peldaño definitivo de la fama y el éxito. Toni Cruz sigue cobrando un salario envidiable, aunque Barça TV haya pasado a mejor vida.












1 comentario en «La ‘multinacional familiar’ de Laporta refuerza su ideal nepotista con Paloma Mikadze»
Paloma is the key.