Desarticulan una red dedicada a importar y vender productos falsificados

En la operación se han intervenido casi 250.000 artículos que se vendían a través del 'top manta'

Bluesky
Material requisado por los Mossos d'Esquadra
Material requisado por los Mossos d'Esquadra

Una operación conjunta entre la Policía Nacional y la Agencia Tributaria ha permitido desarticular a una organización criminal dedicada a la importación y venta de productos falsificados a través del top manta y ha intervenido casi 250.000 artículos. Los agentes han hecho 39 detenidos, la mayoría (15) en Lloret de Mar (Girona), y se han arrestado a 14 personas en Madrid, cuatro en Sevilla, tres en Málaga y tres más en Tenerife. Asimismo, se intervinieron 86.255 euros en efectivo, dispositivos electrónicos como móviles, tabletas y portátiles y una gran cantidad de documentación relacionada con la red.

La investigación comenzó cuando la policía supo que existía una organización criminal «jerarquizada», integrada por ciudadanos senegaleses, asentada en España y perfectamente estructurada. La red se dedicaba presuntamente a importar y vender productos falsificados, enmascarando el origen ilegal de los beneficios para integrarlos en los sistemas económicos y financieros legales tanto de España como de otros países. Las falsificaciones se hacían mediante la propia creación e importación de los productos –piezas de ropa, calzado, joyas o artículos de marroquinería-. En otras ocasiones, en cambio, unían en el artículo una etiqueta, adhesivo o serigrafía distintiva de determinadas marcas, vulnerando los derechos de la propiedad industrial.

Los agentes descubrieron que la red operaba desde, al menos, 2016, contando con una estructura piramidal y «dinámica» con un claro reparto de las tareas. En la cúspide del entramado, había una mujer que realizaba las funciones de dirección y gestión, que recibía la mayor parte de los beneficios y se desplazaba con terceras personas a países proveedores para importar los productos falsos.

Una vez aquí, los productos se distribuían por toda la geografía española, utilizando puntos logísticos o empresas de paquetería, un trabajo que realizaban los denominados «vendedores relevantes» o «buzones». Por último, el último escalón eran los vendedores de «base», los destinatarios finales de los productos. La mayoría eran ciudadanos africanos en situación irregular y con escasos recursos económicos, que se dedicaban a comercializar sus productos a través del top manta.

Los métodos empleados eran las transferencias bancarias o el ingreso de dinero directamente en sus cuentas y los envíos a través de empresas de paquetería o correspondencia postal a los domicilios de los jefes de la banda. Para blanquear las ganancias, creaban negocios con apariencia legal, como restaurantes, y el envío de dinero a su país de origen (Senegal) a través de mulas o paquetería. Para evitar ser descubiertos, la red modificaba constantemente su modus operandi y las formas de pago, las vías de entrada de la mercancía y la distribución para evitar ser descubiertos.

La operación se ha centrado en los miembros que ocupaban mayores niveles en la organización. Los agentes detectaron que la capacidad económica de los investigados no se correspondía con las rentas declaradas ni con los informes de vida laboral, porque prácticamente ninguna tenía nómina y los que la tenían era proporcional a las entradas de dinero que recibían en sus cuentas.

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