Los Mossos d’Esquadra han desarticulado un grupo criminal formado por seis personas a las que se atribuyen al menos siete robos con fuerza y dos violentos en interior de domicilios de las comarcas del Baix Llobregat y Barcelonès (Barcelona) donde viven comerciantes de origen asiático. Los ladrones hacían seguimientos y aprovechaban para robar cuando los comerciantes trabajaban, pero no dudaban en utilizar la violencia si encontraban a alguien en el interior de las viviendas. Intimidaban a las personas con armas blancas, las golpeaban y las amordazaban. Hay cuatro detenidos y dos investigados.
Los arrestados realizaron movimientos bancarios por valor de más de 31.500 euros en fechas inmediatamente posteriores a las de los robos. El perfil de víctima seleccionado era muy concreto, principalmente ciudadanos de origen asiático. La barrera idiomática, la desconfianza con las entidades financieras y el desconocimiento de las administraciones comportaba que, en muchos casos, no presentaran denuncia ante la policía. Robaban dinero, joyas, aparatos electrónicos y otros objetos con una fácil salida al mercado ilegal.
El grupo seleccionaba a las víctimas y las seguían para averiguar su domicilio. Una vez sabían la dirección, establecían las rutinas para planificar el robo, usualmente cuando las viviendas estaban vacías. Una vez decidían cometer el delito, uno de los integrantes hacía vigilancias de las víctimas para asegurarse de que no volvían al domicilio. En ese momento, los otros ladrones accedían a la vivienda y forzaban la cerradura de la puerta principal o alguna ventana.
Los cuatro detenidos, de entre 30 y 54 años, pasaron a disposición judicial el 28 de abril y el juzgado de instrucción número 5 de L’Hospitalet de Llobregat decretó su ingreso en prisión provisional.
