El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, ha reactivado su acuerdo de claridad con la esperanza de aglutinar apoyos y complicidades para reclamar un referéndum acordado con el Estado en el que se pueda dirimir si Catalunya quiere o no ser independiente. Pero las primeras respuestas no están siendo precisamente positivas. Y es que, más allá de los comunes, que siempre han reclamado una estrategia similar, nadie se ha puesto del lado del presidente, el Govern y ERC. Junts y la CUP desconfían absolutamente de una iniciativa como ésta y no han garantizado ni siquiera asistir a las reuniones. La derecha de Cs, Vox y PP, como era de esperar, ni se plantean acercarse al planteamiento. Y el PSC ya ha dicho que no se siente llamado a citas que «buscan dividir a la sociedad».
El equipo de Aragonès quiso explorar el perfil informal del jefe del ejecutivo y lo envió a una entrevista con Marc Giró, en su programa de TVE. La conversación fue entretenida y sobradamente informal. Incluso su ‘look’ era informal. Pero a Aragonés se le vio más que incómodo en tantos momentos en que quedó claro que su mejor registro público no es, precisamente, el informal.
