Pongamos que hablo de Madrid

Hay canciones que gustan por la música y las hay que te enganchan por la letra. En plena campaña electoral a la Presidencia de la Comunidad de Madrid uno de los momentos que más me han llegado al alma fue la actuación de Ismael Serrano en un acto de Unidas Podemos en la plaza roja de Vallecas. Allí cantó Papá, cuéntame otra vez, uno de los grandes éxitos de su carrera. Yo la ubico en el apartado de canciones que me gustan más por la música que por la letra. Tiene tanto de bonita como de triste. Acaba diciendo «ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam». En Vallecas añadió que «ahora mueren en Siria los que morían en Vietnam».

La canción de Joaquín Sabina Pongamos que hablo de Madrid también hablan de la muerte. Dice que cuando la muerte pase a buscarlo que lo lleven al sur donde nació y que «la muerte pasa en ambulancias blancas». Vivimos tiempos en los que esta frase está más presente que nunca. La música de esta canción no es de Sabina sino de Antonio Sánchez y tengo la sensación de que serviría para muchas ciudades, aparte de Madrid. Para Barcelona, ​​no, porque hay una estrofa que dice «allí donde el mar no se puede concebir». Y aquí el mar lo tenemos bien concebido. Y hay otras estrofas que piensas si el autor sabía lo que decía cuando las escribía: «Los pájaros visitan al psiquiatra» o «Las estrellas se olvidan de salir».

En cualquier caso, estos días hablamos mucho Madrid y puestos a ello hay una cuestión que me preocupa bastante. Y es la cantidad de mensajes que leo en las redes sociales o en los periódicos y portales decantados hacia el independentismo que se desentienden del resultado de las elecciones en esa Comunidad. Es cierto que tampoco se hundirá el mundo si el tándem PP-Vox se consolida en el poder de esta comunidad. Pero cuesta entender que gente que se dice de izquierdas aduzca que los progres madrileños y españoles no se han solidarizado con la causa independentista y con los dirigentes de esta causa que han sido condenados a largas penas de prisión para situarse al margen y decir que ‘allá ellos’.

Añoro los mensajes de la izquierda catalana que se solidarizaba con el Madrid que luchaba contra el asedio de las tropas franquistas. Y a los que creen o dicen que si la izquierda madrileña se tiene que tragar cuatro años a Isabel Gómez Ayuso con el apoyo de Vox se lo merece por españolista, les digo que no son de izquierdas. Serlo implica luchar por el progreso social en todas partes. Los que dicen que es igual un español de derechas que uno de izquierdas igualan cosas diferentes. Un catalán de izquierdas debe hacer todo lo que pueda para que la izquierda (más o menos moderada, más o menos radical) acceda al máximo número de niveles de poder político. En Madrid, en Barcelona y donde sea. Y si cree que la izquierda madrileña o española es demasiado tibia en la defensa del derecho a la autodeterminación o del indulto o la amnistía de los presos independentistas se lo ha de decir a la cara. No con Gómez Ayuso o Santiago Abascal como personas interpuestas.

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