La Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) ha pagado 107.000 euros a Xavier Graset para que continúe dirigiendo y presentando el programa Més 324, que emite el Canal 324 de lunes a viernes a partir de las 22 horas. El programa, que dura aproximadamente, una hora y media, se pasa unas horas más tarde, ya de madrugada, por TV3. El contrato, que acaba de aparecer en la web de la transparencia de la CCMA, lleva fecha del 15 de julio, tiene una duración de once meses y se describe como "encargo de producción audiovisual. Contrato Dirección, Edición y Presentación Més 324 2020/2021".
Xavier Graset ha cobrado ahora unos 20.000 euros más que los que figuraban en el contrato que firmó con la CCMA para presentar el Més 324 en la temporada 2015/2016. Los 107.000 euros que ha ingresado este año coinciden con los que cobró la temporada pasada. Su salario es superior al de la práctica totalidad de los trabajadores de TV3.
El decantamiento favorable a los partidos del gobierno de la Generalitat y al independentismo del Més 324 se ha acentuado en las primeras semanas de la nueva temporada. Desde su rentrée, el 31 de agosto, Graset ha entrevistado a cuatro políticos "exiliados", tal como él los presenta: el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, el exconsejero de Salud, Toni Comín, la exconsellera de Educación, Clara Ponsatí, y la secretaria general de ERC, Marta Rovira.
También ha entrevistado a dos "presos políticos", tal y cómo se refiere a ellos: el exvicepresidente del Gobierno catalán, Oriol Junqueras, el exconsejero de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, los dirigentes de la Asamblea Nacional Catalana, Elisenda Paluzie, y de Òmnium Cultural, Marcel Mauri, y otros políticos e independentistas destacados como Eduard Pujol, Ramon Tremosa, Elsa Artadi, Lluís Llach, Jordi Puigneró, Antoni Castellà o Rafael Ribó.
El Més 324 ha recibido continuas críticas porque sus tertulias siempre tienen más participantes proindependentistas que contrarios a la secesión y porque durante toda su emisión pasa comentarios de los espectadores por una franja inferior de la pantalla dónde, con un léxico insultante y repleto de faltas de ortografía, se defiende los planteamientos separatistas.
Graset, sin embargo, no sólo no ha suprimido estos comentarios y equilibrado ideológicamente sus tertulias sino que en estas primeras semanas de la nueva temporada ha extremado su apoyo a los partidos gubernamentales.
