Bartomeu gana por 14 títulos a 0 a Gaspart, además de un triplete, pero tiene más mala prensa

Su mandato ha coincidido con la transición de la mejor generación de la historia del fútbol que ha conocido nunca el club azulgrana
Josep Maria Bartomeu
Josep Maria Bartomeu

La historia juzgará finalmente a Josep Maria Bartomeu como presidente del FC Barcelona, un personaje que está siendo martirizado y apaleado estos días en las redes sociales y en las tertulias más populistas como el peor de todos los tiempos desde 1899. La escenificación más esperpéntica de este escarnio contra su figura lo ha protagonizado uno de los hijos de Joan Gaspart, clamando y reivindicando que "mi padre ya no es el peor presidente de la historia del Barça".

Pero, por supuesto, la comparación con Joan Gaspart la gana indiscutiblemente Bartomeu, cuando menos desde el punto de vista deportivo, puesto que desde la temporada 2000-01 hasta la 2002-03 el Barça no ganó un solo título, mientras que bajo la presidencia de Bartomeu el Museo creció con una Champions, una Supercopa de Europa, un Mundial de Clubes, cuatro Ligas, cuatro Copas del Rey y tres Supercopas de España. Catorce títulos en total.

Ningún otro equipo del mundo lo ha podido superar en este periodo, entre 2014 y 2020, rematado además con la celebración del segundo triplete de la historia en 2014-15 (Copa, Liga y Champions), de forma que el Barça se ha convertido en el único club capaz de ganar dos tripletes. La temporada 2018-19, además de ganar la Liga, el equipo se quedó a un gol de la final de la Champions y fue finalista de la Copa, es decir, que estuvo muy cerca de conseguir un tercer triplete.

En cambio, la lectura de esta temporada, marcada por el 4-0 de Liverpool, que habría sido histórica e inmensa para cualquiera otro equipo, se convirtió en una losa para la junta y el cuerpo técnico ya imposible de levantar, como se ha visto la temporada 2019-20, la única en que Bartomeu no ha levantado un solo título desde que fue elegido presidente el 2015. Las evidencias de éxito y de competitividad son tan claras cómo frustrantes y amargos los títulos perdidos que parecían al alcance del que ha sido el mejor equipo de la historia de fútbol.

Seguramente, el mal regusto y el alud de críticas y ataques contra Bartomeu son debidos a la diferencia entre las grandes expectativas generadas y el balance, pobre según cómo se mire. Este ha sido el factor exagerado que ha convertido el final del mandato de Bartomeu en una pesadilla que, por otro lado, era previsible y lógico como consecuencia de la bajada del equipo por la edad y el desgaste de una generación de oro.

La grandeza de un equipo insaciable e impagable
La gestión económica, financiera y patrimonial ha acabado siendo otro flanco débil de la gestión de Josep Maria Bartomeu, que tiene su origen en la misma grandeza de una plantilla que, con los años, ha ido consumiendo vorazmente todos los recursos de club, los existentes, las reservas y los ingresos del futuro.

Ante el riesgo de fugas, la presión de los cracs, la prensa y el mismo entorno, se han firmado contratos excesivamente generosos, largos y se puede decir que por encima de las posibilidades del Barça. Recursos que se han destinado a la compra de futbolistas que no han mejorado el equipo y han acabado comprometiendo la tesorería y las finanzas.

Imposible, por lo tanto, haber afrontado la aventura del Espai Barça, convertida en la gran asignatura pendiente de una junta directiva que hace seis años (2014) había obtenido una ratificación unánime para el plan de construcción del nuevo estadio, el pabellón y el entorno urbano, y hace sólo cinco (2015) había ganado claramente las elecciones ante una oposición que también ha ido haciendo cada vez más ruido ante la proximidad de las elecciones. El otro partido, el que se juega en la trastienda del poder del Barça, ha acabado dominando la actualidad en un ambiente cada vez más competitivo y crispado. Y todavía falta lo peor.

(Visited 244 times, 1 visits today)
Facebook
Twitter
WhatsApp

avui destaquem

Deja un comentario