Esto funciona así

Sé que estás a punto de abrir una cuenta en Twitter. Te escribo sólo para avisarte de algunas cosas que puedes encontrarte. Seguramente irás opinando con tu mejor intención. También verás que es una herramienta muy útil para conocer opiniones de otros, informaciones sobre temas de tu interés, artículos, etc. Hay muchas cosas útiles ahí.

Pero corres el riesgo de cogerle el gusto, y verás que a veces te costará aguantarte las ganas de decir cosas que se te pasan por la cabeza, con total inocencia, en aquel momento. Es posible que en algún momento se te ocurra recordar los escritos xenofóbicos de Quim Torra en el pasado, o caigas en la tentación de comparar a los independentistas más radicales con algún colectivo excéntrico. Son cosas que puede ser que pasen desapercibidas, pero si por cualquier razón has atraído la atención de cierta gente a la red, también es posible que sean cogidas por los procesistas más radicalizados (no todos, ni quizás la mayoría) para entretenerse un día entero y organizarte una campaña de intimidación. Te sorprenderás que de repente te llegue que opinan sobre tu mensaje inocente centenares de personas, magazines on line, diputados, personajes famosos del puigdemontisme, e incluso el Sr. Puigdemont, que parece que no tenga nada más a hacer, que azuzar campañas de intimidación, exagerando las frases que hayas escrito, sacándolas de contexto, aprovechando la ocasión para reiterar los tópicos y estereotipos habituales, diciéndote que eres una represora, y quien sabe qué.

No importa. Quizás dormirás mal una noche, dos máximo, pero después te darás cuenta de que todo es una absurda exageración, y que revela más sobre el grado de gregarismo de algunas gentes, que sobre el carácter de tus ideas, que no siempre se pueden expresar con toda la gracia que te gustaría. Sé prudente, eso sí, por si estas campañas pueden perjudicar, no a tu persona, sino a alguien con quien colaboras (o que te haya retuiteado), y que automáticamente harán responsable de lo que hayas dicho multiplicado por 1000.

Está muy bien que sigas participando en el debate esquivando las campañitas que te puedan hacer, y que te harán estar en muy buena compañía. Por ejemplo, estarás en compañía de un conocido escritor muy exitoso, a quien quizás no perdonan que las cosas le vayan bien sin recibir subvenciones, que escriba habitualmente en castellano (pero que a pesar de haber nacido fuera de Catalunya hable y escriba un catalán mejor que el de quienes lo insultan), y que discrepe profundamente del procesismo, y se atreva a decirlo sin cortarse un pelo cada vez que tiene la ocasión, siempre con cierta elegancia, argumentos y buen humor, todo hay que decirlo. Este escritor que no está en Twitter pero a quien le hacen entrevistas, dijo en una de ellas que personalmente lo había pasado peor, como experiencia personal, en el otoño de 2017 que en la actual pandemia. Aunque mucha gente comparta este sentimiento, muy individual y subjetivo, y sincero, no veas la que le cayó al pobre, tildándolo de insensible para arriba y por supuesto reiterando todos los tópicos del procesismo puigdemontista.

También puede pasar, sobre todo si vives en un pueblo o una población de tamaño medio, que alguien se entretenga en hacerte una pintada en la puerta de tu casa, o en la pared. También en este caso estarás en muy buena compañía. Todo esto pasa en Catalunya desde hace tiempo, pero uno habría creído que con la actual tragedia de la crisis que estamos viviendo, quizás todas estas masas estarían concentradas en unirse con quienes no pensamos igual, y dedicarnos a intentar mitigarla, ayudarnos los unos a los otros y echar una mano, por ejemplo interesándose por el estado de las residencias de ancianos o por el reparto de ordenadores a los alumnos de familias vulnerables. Pero no. No te asustes sin embargo. No todos quienes no piensan como nosotros son así. Otros se lo miran desde la barrera, les dan el voto pero callan, o incluso afirman que si consiguieran sus objetivos se marcharían del país (a pesar de votarlos).

Todas estas campañitas les tienen entretenidos. Tú adelante, según qué campañas te acabarán confirmando que quizás tienes razón, y que vale la pena seguir molestándolos, porque quienes participan en estas fatuas son cómo son.

Te deseo lo mejor y te ofrezco por adelantado mi solidaridad. Necesitamos más personas valientes como tú.

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