Cataluña incinera residuos sanitarios del coronavirus contraviniendo las recomendaciones de la OMS

La Generalitat da permiso para quemar los desechos hospitalarios que han aumentado un 350% durante la pandemia
Residuos hospitalarios

La crisis del coronavirus ha provocado que aumenten en un 350% los desechos sanitarios en Cataluña y todo este material infectado se tiene que destruir. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no quemarlos y tratarlos por otros medios, pero la Generalitat ha decidido otorgar licencias a las incineradoras de desechos para que se hagan cargo y los quemen. Una de las que ha obtenido el permiso es Tersa, la planta de valorización de residuos que tiene a grupos de vecinos de Sant Adrià de Besòs y a organizaciones ecologistas en pie de guerra desde hace años.

Según la plataforma Aire Net, el municipio de Sant Adrià es uno de los más contaminados del Área Metropolitana, en parte porque Tersa se encarga de la incineración de los desechos de Barcelona y suelta a la atmósfera una gran cantidad de dioxinas. A su actividad habitual se tiene que sumar ahora la cremación de restos sanitarios contagiados con la Covid-19 que provienen de varios hospitales catalanes y que ha provocado que ecologistas y vecinos se pongan en alerta. Desde Aire Net, Silvina Frucella, asegura que estos residuos necesitan un tratamiento especial "que no estamos muy seguros que se aplique en Tersa".

Según la web de Tersa, la Agencia de Residuos de Cataluña dependiente de la Generalitat ha dado licencia a la planta de valorización para tratar los residuos sanitarios. Esta es una medida de carácter temporal pero urgente puesto que las empresas especializadas en tratamiento de residuos sanitarios están desbordadas, según explica Joan Pons, de Ecologistas en Acción, el cual afirma que "sólo hay tres empresas que puedan hacer este tipo de incineraciones en Cataluña y están desbordadas, por eso se ha optado para tirar del resto de incineradoras, pero si la pandemia se alarga tendrán que buscar una alternativa porque las incineradoras domésticas no tienen los filtros adecuados para evitar que las dioxinas lleguen al aire que respiramos".

El director de la planta de Sant Adrià, Alessandro Leotta, asegura que se cumplirán todos los protocolos pero la plataforma Aire Net expresa su malestar contra esta decisión. Frucella afirma que "Leotta es uno de los protagonistas de nuestras demandas ante la fiscalía", añadiendo que "es el jefe de planta de Tersa y tenemos mails, en nuestro poder, en que recomendaba trabajar por debajo de las temperaturas permitidas. No nos creemos que ahora se estén cumpliendo las normativas de pe a pa. Si la ley permite incinerar a 850 grados, dudamos mucho que lo hagan a 1000 grados. Y toda esta contaminación se la traga Sant Adrià".

Quemar estos desechos, con muchos plásticos clorados, emite a la atmósfera un gran volumen de contaminantes tóxicos que se acumulan en el organismo, un hecho que los filtros de que dispone Tersa no son capaces de destilar, según defiende Silvina Frucella, la cual dice que "los filtros no son los adecuados y desde 2016 nos están prometiendo que aplicarán electrofiltros que permiten filtrar dioxinas y furanos pero todavía estamos esperando".

La de Sant Adrià no es la única empresa de gestión de residuos que ha obtenido licencia por parte de la Generalitat para quemar desechos sanitarios. El volumen de residuos es tan grande que se están usando otras incineradoras como, por ejemplo, la de Mataró. El grupo ecologista Terra Verda, en esta población del Maresme, ha denunciado a la incineradora ante la Fiscalía de Medio ambiente por un delito contra la salud pública por emisión de dioxinas contaminantes.

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