¿Qué pasa con el acuerdo de Grifols por el espacio Barça?

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La posibilidad de que el FC Barcelona y Grifols lleguen a un acuerdo para la cesión de explotación de los Title Rigths del Camp Nou a cambio de 200 millones de euros pasa por un momento de crisis. De momento, la sociedad patrimonial de la familia Grifols, mantiene su oferta, su intención de adelantar esa cantidad para el primer impulso de las obras del Espai Barça a cambio de quedarse y gestionar el apellido comercial del Camp Nou por un periodo prolongado, de más de 15 años, pero no para sus propios intereses sino para revender ese apellido por contratos más cortos y a diferentes empresas interesadas en asociar su nombre al del FC Barcelona.

Este es un matiz que al Barça no le acaba de convencer y es una de las razones que esgrime su principal opositor, Jordi Moix, el directivo comisionado de la junta azulgrana al mando de la gran transformación arquitectónica y urbana del nuevo estadio la ingente obra asociada. Moix considera, por otro lado, que la venta de esos derechos está por debajo de las expectativas, un argumento cierto si se atienden a las promesas del propio presidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu, cifradas en casi 300 millones de euros. Bartomeu llegó a afirmar que en el primer semestre de 2018 los socios compromisarios serían llamados a una asamblea extraordinaria para aprobar la operación.

Un año después, sin embargo, el club no ha avanzado mientras el margen de tiempo se acorta pues a partir de septiembre de este año debe procederse a la demolición del Miniestadi de Les Corts para iniciar las obras del nuevo Palau Blaugrana, su anexo, un Palacio de Hielo y el recinto de la Barça Escola.

Es una situación que tiene enfrentados a algunos sectores del club, pero que sobre todo preocupa en el área financiera ante la obligación y el mandato, aprobados en referéndum, de continuar con las obras del Espai Barça tras la inmediata finalización del estadio Johan Cruyff en Sant Joan Despí, la primera piedra del gran proyecto. A partir de otoño es cuando el FC Barcelona necesitará una fortísima inyección de tesorería.

Jordi Moix sigue reacio a apurar la que parece ser la única vía de financiación no crediticia mientras que el presidente y otros directivos consideran que una familia empresarial como Grifols, con sensibilidad y sentimiento barcelonista, siempre estará abierta a negociar cualquier eventualidad. Los contrarios a la propuesta de Grifols aducen también que el reciente desplome de las acciones de la compañía y sus problemas financiero provocan desconfianza. Eso no obstante, la operación con el FC Barcelona no implica a la empresa Grifols sino a la sociedad patrimonial de la familia. De momento, no hay acuerdo.

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