Laura Borràs: «Dígame doctora»

La actual consejera de Cultura quiere mostrar en público un perfil amable, pero algunos de sus antiguos colaboradores aseguran que no soporta que le lleven la contraria y que prefiere rodearse de aduladores
Laura Borràs se ha convertido en la musa del independentismo puigd
Laura Borràs se ha convertido en la musa del independentismo puigdemontista

Laura Borràs ha llegado a la consejería de Cultura. Pero algunos que conocen de cerca esta filóloga están convencidos de que su punto de mira es más elevado. ¿Por qué no tendría que ser la primera presidenta de Cataluña?

Nacida en Barcelona en 1970, hija de un importante médico barcelonés, la joven Borràs se inclina por la filología y no sigue los pasos familiares en el mundo de la medicina. Después de licenciarse en filología románica, se doctora con una tesis que lleva por título Formas de la locura en la Edad Media. Estudio comparado de textos literarios y representaciones iconográficas. Este texto le valió el doctorado europeo (por el cual tuvo que defenderlo en más de un idioma) y el premio extraordinario.

Este doctorado hace que firmara todos los comunicados como "doctora Laura Borràs". Este título no se usa, normalmente, fuera del ámbito académico. Otros ex-consejeros doctores no lo han esgrimido durante su etapa política. Se puede mencionar Antoni Castells, Joan Laporte o Joaquim Nadal o el mismo presidente Pasqual Maragall, por ejemplo.

Después de una carrera académica tanto en la Universitat de Barcelona como la Universitat Oberta de Catalunya, Borràs se implica en un cargo político cómo es el de directora de la Institución de las Letras Catalanas. Antes ha dirigido el grupo Hermeneia (donde establece una relación de amistad con Joan-Elies Adell o Isaías Herrero). Hermeneia es un grupo de investigación integrado por profesorado europeo y americano que estudia las conexiones entre los estudios literarios y las tecnologías digitales.

Así mismo, Borràs es la directora del máster en literatura en la era digital, donde también coincide con Adell y Herrero, dos de sus principales colaboradores, tanto al grupo Hermeneia, como también en el ILC y en el departamento de Cultura de la Generalitat.

De carácter apacible, Borràs sabe moverse en los círculos de poder. Cuando Ferran Mascarell, como consejero de Cultura, la nombra directora del ILC, la joven filóloga consigue todo lo que se propone. Aunque cuando ella llega al cargo estaba previsto hacer una nueva web del organismo, echa atrás los trabajos previos y encarga a su amigo Herrero que lo haga él. Para Borràs, los tres presupuestos son caros: van de 45.000 a 60.000 euros. Al final, Herrero acabará cobrando 45.000 euros, pero la web se tendrá que volver a hacer porque el servidor que ha usado está desconectado y el ILC volverá bajo el dominio gencat.cat (véase EL TRIANGLE n. 1335).

LEE EL ARTÍCULO COMPLETO EN LA EDICIÓN EN PAPEL DE EL TRIANGLE DE ESTA SEMANA

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